Durante el World Travel Awards América Latina 2019 (que se organizó el pasado fin de semana en la urbe paceña), Bolivia obtuvo cuatro premios. Para mayor precisión, la ciudad de La Paz fue reconocida como el Mejor Destino Emergente de Sudamérica; el parque Madidi, como Mejor Destino para Turismo Verde; el Salar de Uyuni, como Mejor Destino Natural de Sudamérica; y el país en su conjunto fue destacado como Mejor Destino para el Turismo Juvenil.
Estos galardones, otorgados con justicia, ponen en relieve el gran potencial turístico del país, tanto por la belleza de nuestros paisajes, la exuberancia de nuestros parques naturales, así como la riqueza cultural y arquitectónica de nuestras ciudades. Peculiaridades que las autoridades en particular y la sociedad en general deberían aprovechar para impulsar el turismo en el país. Una actividad tanto más importante por cuanto además de atraer divisas que potencian la economía, promueve la creación de empleos y el desarrollo.
Sin embargo, no sobra recordar que para potenciar este sector no basta con difundir las joyas históricas, arquitectónicas, naturales y culturales con las que goza el país. Se necesita además una amplia gama de servicios e instituciones que garanticen la movilidad, alimentación, alojamiento y seguridad de los turistas, bajo parámetros de alta calidad y eficiencia. Asimismo, hacen falta políticas estatales que apunten a eliminar las bandas delincuenciales especializadas en asaltar turistas o el impuesto a las salidas áreas al exterior, entre otros factores que afectan la promoción del turismo.