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Apicultura boliviana

A principios de julio se realizó en Cochabamba una rueda de negocios dedicada a la apicultura, actividad que, según explican los expertos, se ha intensificado significativamente en los últimos años en el país. Esto gracias al incremento de la demanda de miel, la apertura de mercados internos y una mayor diversificación con la incorporación de cosméticos elaborados a partir de este producto. 

Por caso, según estimaciones oficiales, el año pasado la producción de miel fue de aproximadamente 1.200 toneladas, casi cinco veces más respecto a 2014, año en el que se produjeron 250 toneladas. Para los organizadores del mencionado evento, el apoyo brindado a los apicultores locales por la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA) explicaría en gran medida este incremento. Esto porque además de facilitar el acopio y el procesamiento de la materia prima, esta empresa se encarga de introducir la miel al mercado nacional a través del subsidio de lactancia y el desayuno escolar.

Se trata sin duda de una muy buena noticia para las familias que se dedican a este negocio y para el país en general. Y es que, como bien se sabe, las funciones que desempeñan las abejas son muy importantes para la naturaleza y la agricultura. Sin ellas no solo no existiría la miel (un exquisito alimento con extraordinarias virtudes medicinales), sino tampoco el propolio, una suerte de antibiótico natural muy utilizado por las personas que manifiestan alergias a ciertos medicamentos, y también para tratar enfermedades que se vuelven resistentes a los antibióticos tradicionales.

Por si todo ello fuera poco, las abejas son las responsables de polinizar gran parte de las especies vegetales que proveen el alimento. De allí que su importancia resulta incalculable tanto para las personas como para el resto del planeta. Por ello, representa un muy buen negocio para el país el “cultivo” de panales por intermedio de la apicultura.

Empero, esta actividad no basta para garantizar la preservación de las abejas, cuyas poblaciones se han visto diezmadas en los últimos años por causa del cambio climático, pero también y sobre todo por el empleo de pesticidas fabricados con sustancias derivadas de la nicotina, los más comunes de su tipo. Por ejemplo, los biólogos estiman que las colonias de abejas han disminuido en 40% en EEUU y hasta en un 50% en algunos países europeos, e incluso aseguran que varias especies ya se han extinguido, y que la población de varias otras no supera el 4% de sus colonias originales.

Por este motivo, varios países europeos han decidido prohibir el empleo de estos pesticidas. En cuanto a Bolivia, las autoridades deberían evaluar si estas sustancias químicas están siendo empleadas en el territorio nacional. Y de ser así, se debería restringir su uso, como en Europa, más aún tomando en cuenta que está en juego no solo la supervivencia de estos insectos polinizadores, sino también la salud del planeta y la seguridad alimentaria de las personas.