Roberto Fernández Retamar
Autor de una vasta obra en prosa y verso, sus libros han sido traducidos a una docena de idiomas.
Hace algunos años tuve el privilegio de conocer a Roberto Fernández Retamar en La Habana, cuando me invitaron como jurado para una de las categorías de la Casa de Las Américas que premia investigaciones sobre los pueblos indígenas. Para Fernández Retamar, quien nos recibió de manera muy gentil en uno de los salones de esta institución, Bolivia “es la luz que siempre ilumina, por la larga lucha anticolonial de sus pueblos ancestrales y obreras”, en sus propias palabras.
A pesar de las dificultades que generan los años encima, además de actividades culturales, este intelectual cubano realizaba largos viajes, como el que nos tocó recorrer hasta la provincia de Cienfuegos, a unas cinco horas por carretera desde La Habana. Aquel año los actos formales del Premio Casa de las Américas estaban presididos por Fernández Retamar, y será el gran ausente hacia adelante, tras su deceso ocurrido el pasado 20 de julio.
Al enterarme de su fallecimiento, se me vino a la mente la polémica que mantuvo con el intelectual uruguayo José Enrique Rodó a propósito de su obra Ariel. En el ensayo titulado Calibán. Apuntes sobre la cultura de nuestra América (1971), sobre la obra de Rodó, Fernández Retamar dice: “Nuestro símbolo no es, pues, Ariel, sino Calibán…
Próspero invadió las islas, mató a nuestros ancestros, esclavizó a Calibán, y le enseñó su idioma para poder entenderse con él: ¿Qué otra cosa puede hacer Calibán sino utilizar ese mismo idioma… para maldecirlo, para desear que caiga sobre él la ‘roja plaga’?”. Y sobre Calibán afirma: “No conozco otra metáfora más acertada de nuestra situación cultural, de nuestra realidad”. Ahí una pisca del lenguaje vigoroso de este ensayista cubano.
También citó unas estrofas de su poema Revolución nuestra, amor nuestro (del Libro A quien pueda interesar, 1970). “El primer año, después del deslumbramiento y la/certidumbre de la patria, / Ya sabíamos que los fuegos apagados en la Sierra / Volverían a encenderse, para que la isla se conservara. / Como la habíamos soñado, como la habíamos / conquistado.
Roberto Fernández Retamar fue un reconocido poeta y ensayista cubano. Premio Nacional de Literatura y presidente de la prestigiosa institución Casa de las Américas. También fue periodista, profesor universitario y diplomático. Comenzó a trabajar como reportero desde muy joven en la revista Alba, para la que entrevistó al famoso escritor y premio Nobel de Literatura estadounidense Ernest Hemingway.
En la década de los cincuenta colaboró con la emblemática revista Orígenes, y se involucró en la lucha clandestina contra el régimen de Fulgencio Batista. Tras el triunfo de la Revolución cubana liderada por Fidel Castro en 1959, ocupó varios cargos en instituciones culturales, entre ellas la Casa de las Américas, donde primero dirigió la revista La Casa desde 1965 y luego asumió la presidencia desde 1986 hasta su muerte. También fundó y editó la revista Unión junto con los reconocidos intelectuales Nicolás Guillén, Alejo Carpentier y José Rodríguez. Fue miembro de la Academia Cubana de la Lengua, la cual dirigió entre 2008 y 2012, y miembro correspondiente de la Real Academia Española.
Autor de una vasta obra en prosa y verso, sus libros han sido traducidos a una docena de idiomas, y su ensayo Calibán. Apuntes sobre la cultura de nuestra América es considerada una de las críticas más importantes sobre el quehacer cultural latinoamericano del siglo XX. En 1989 se le otorgó el Premio Nacional de Literatura, el galardón más importante en Cuba; y en 2012, el Premio Nacional de Ciencias Sociales. En enero pasado se le otorgó el Premio Internacional José Martí de la Unesco, entre otras muchas distinciones. Roberto Fernández Retamar jupa jach’a lup’iriwa chhaqtawayxi aka uraqita. Bolivia Markasana sarnaqawipaxa wali muspayariyi. Jallalla tata Roberto.
* Aymara boliviano, doctor en Estudios Culturales Latinoamericanos y docente en la UMSA.