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Bolivianistas y bolivianistas

Sucre, la capital del Estado, acogió al Congreso Internacional de la Asociación de Estudios Bolivianos, esta vez en su décima versión. “La AEB (en su propia definición) es la única y más amplia plataforma de reflexión y debate académico interdisciplinario dentro del territorio boliviano”. Aunque existen ciertamente otras instancias surgidas en los últimos años, sobre todo a través de publicaciones (CIS, BBB, UCB, etc.), el aporte y la incidencia de la AEB en Bolivia es indiscutible.

El X Congreso propuso una oferta extensa y diversificada. Veamos: se realizaron 33 mesas redondas, 12 presentaciones de libros y revistas, nueve eventos especiales y dos talleres, a lo largo de cuatro intensivos días de trabajo. La participación de académicos incluía a investigadores de varios países y, por supuesto, a bolivianos, quienes desplegaron una gama de ponencias cuyo interés temático y rigor metodológico fueron norma. La asistencia de público destacó no solo por la cantidad de personas (500 aproximadamente), sino también por su diversidad: jóvenes estudiantes, docentes universitarios, comunicadores, artistas, historiadoras, en fin, una concurrencia ávida de información y análisis; y el congreso estuvo a la altura de esas expectativas.

Como eventos especiales hubo homenajes de justicia y merecimiento. El primero, al antropólogo Tristan Platt; y el segundo, al investigador jesuita Xavier Albó. Las ciencias sociales del país dejaron plasmado aquí su reconocimiento y tributo a la abundante y profunda obra de estas dos personalidades, tanto por sus aproximaciones a las complejidades históricas, sociales, culturales y políticas de Bolivia, como por el compromiso personal de ellos con Bolivia, a la que asumieron como propia en convicción e integridad.

Priorizando intereses, me tocó asistir íntegramente a la Mesa 6, denominada “Potosí y el mundo: nuevas aproximaciones (siglos XVI-XVIII)”, coordinada y moderada por Rossana Barragán (Bolivia), nuestra mayor experta en el tema a estas alturas, y Paula Zagalsky (Argentina).

El desarrollo de la tecnología, el proceso social, los intereses de clase, el arte, la religiosidad, el impacto global y otros aspectos constituyeron materia de contenido y referencia para la disección de la historia de Potosí. Catorce ponencias abordaron la temática central bajo nuevos enfoques de estudio, altamente necesarios en los tiempos actuales. Potosí (capital y departamento), en su enmarañado laberinto contemporáneo, reclama luces, y esta mesa iluminó, predominantemente; porque en un contexto tan fuertemente academicista, pensaba yo que la información del/sobre el pasado no debería limitarse al relevamiento de datos cuantitativos o ilustrativos, sino más bien tendría que explicar su sentido en el contexto integral en que tuvo lugar, y sobre todo proporcionar materia para la comprensión de nuestro presente y la construcción de nuestro futuro.

Otro evento especial digno de mención fue el denominado “Investigaciones con perspectiva comunitaria” organizado por el ABNB para presentar su línea de trabajo con la memoria oral. La experiencia desarrollada con las naciones Yampara y Qaqachaca fue presentada por estudiosos de las respectivas comunidades en un enfoque de investigación no como un proceso de observación en segunda persona, sino como una acción “en espejo”, de conocimiento, reflexión y conclusiones sobre sí mismos, en primera persona. René Vargas Llaveta junto al venerable anciano Julián Ugarte Choque (yamparas), y Rosendo Copa y Juan Maraza (qaqachacas) conmovieron al auditorio por su fuerza testimonial, replanteando la idea dialéctica de “investigador/investigación”.

La AEB constituye una experiencia muy valiosa de acumulación científica para Bolivia en el campo de las ciencias sociales y la historia. El futuro la desafía en cuanto a su apertura hacia antiguas modalidades y metodologías de generación de conocimiento; justamente aquellas mediante las cuales este país inescrutable logró sobrevivir a siglos de incomprensión y oprobio.

La categoría “bolivianista”, referida a la filiación en la línea de la AEB, llama a otras inclusiones que enriquecerían su espíritu de origen y la proyectarían en concordancia con siglo XXI, tan en curso.

Con el congreso culminó la brillante gestión de Paola Revilla en la Presidencia de la AEB y se abrió a la vez un nuevo término al frente del investigador Vincent Nicolas. Enhorabuena por ambos.

Es compositor.