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El hombre Patzi

El gobernador de La Paz y candidato presidencial del Movimiento Tercer Sistema (MTS), Félix Patzi, desató una ventolera de críticas por sus inaceptables declaraciones sobre el feminicidio. Lo mínimo que le dijeron fue “misógino” y “machista”. En lugar de pedir disculpas y rectificar, el candidato dijo que hubo una mala interpretación y se limitó a reafirmar su “diagnóstico”.

En lo que va del año se han producido 80 feminicidios en el país. La cifra es alarmante. Se trata de una tragedia que, lejos de solucionarse, ha seguido creciendo; en varios casos con impunidad de los victimarios. Si bien diferentes voces, y hasta marchas, se levantan en contra de este fenómeno, y pese a la aprobación de normas avanzadas en la materia, todavía no se ha logrado garantizar que las mujeres en Bolivia tengan una vida libre de violencia. Se requiere una política pública integral.

¿Cuáles son las causas del feminicidio? El tema es complejo y puede observarse desde diferentes perspectivas. Todas ellas, empero, dan cuenta de una cuestión estructural: la persistencia del patriarcado como sistema de dominación sobre las mujeres. Esta dominación, que subordina a las mujeres y las trata como objetos, es asumida como “normal”. Y se va reproduciendo de diferentes formas. En el campo público-político se expresa en innumerables casos de violencia y acoso político contra las mujeres.

Según el candidato Patzi, el incremento de feminicidios se debe al ingreso de las mujeres a la actividad política, cuya consecuencia es la separación de la familia. Más todavía: “El problema de celos y la borrachera es lo que realmente lleva al feminicidio” (sic). ¿Cuál es la solución para el líder del MTS? Que los maridos acompañen a las mujeres y colaboren con ellas en su trabajo. Nada menos. Su candidata vicepresidencial respaldó la idea asegurando que se sentiría más cómoda con el esposo al lado.

Demás está decir que las declaraciones de Patzi desataron rechazo categórico y críticas desde todos los frentes. Y le valieron un surtido grupo de adjetivos: “misógino”, “machista”, “irresponsable”, “retrógrado”, “enemigo de las mujeres”, entre otros. Y claro que algunas fuerzas políticas aprovecharon el episodio para hacer campaña electoral. Y no faltaron autoridades, calladas en otros casos, que ahora manifestaron su indignación. Ni qué decir de las reacciones en las redes sociales digitales.

En su descargo, el hombre Patzi hizo dos cosas. Pidió escuchar el audio para entender la profundidad de sus palabras. Y trató de justificar su posición apelando al “poder diárquico” como forma de preservar la familia. Quiere que mujer y hombre puedan estar en el mismo ámbito público de manera complementaria. Como él hace con su esposa en la Gobernación. Lo que queda, empero, es una visión frívola del feminicidio y sus causas, amén de una visión tutelada de la participación política de las mujeres. (18/08/2019)