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Ancianos desamparados

El lunes se conmemoró en el país el Día del Adulto Mayor, fecha que fue aprovechada por miembros de este sector para denunciar que el suyo es uno de los fragmentos más desprotegidos de la sociedad, pues sufren maltratos de toda laya, cometidos principalmente por sus familiares cercanos, pero también por las autoridades encargadas de hacer respetar sus derechos.

Por ejemplo, de acuerdo con un informe elaborado por el Centro de Orientación Socio-legal para Adultos Mayores (COSLAM), en el país más de la mitad de las personas mayores de 60 años (aproximadamente 450.000 habitantes, según estimaciones del INE) sufre diversos tipos de violencia: desde la falta de atención familiar, pasando por maltratos físicos y psicológicos, hasta el despojo de sus bienes (principalmente inmuebles y dinero) perpetrado generalmente por familiares cercanos: hijos, hermanos, nietos y sobrinos.

Y estas iniquidades no se limitan al entorno familiar, sino también a la Justicia y a los centros de salud. Clara prueba de ello es que son muy pocos los casos de abuso contra adultos mayores remitidos a las autoridades policiales y judiciales que prosperan. Y es que, como bien se sabe, en Bolivia el sistema judicial solamente funciona para quienes cuentan con los recursos necesarios para hacer andar sus corroídos engranajes. De allí que la gran mayoría de los ancianos que optan por emprender acciones legales por los abusos cometidos en su contra abandonan los procesos con el tiempo.

Por otra parte, el desamparo del cual son víctimas también es algo bastante corriente en el país, al extremo de que cada semana entre dos y tres ancianos son abandonados solamente en la sede de gobierno, según datos de la Secretaría de Desarrollo Social del Gobierno Municipal de La Paz. Y esta situación de desamparo, que los obliga a vivir en las calles o en asilos públicos y privados (muchos de los cuales operan en pésimas condiciones), se repite en mayor o menor medida en el resto de las ciudades del país.

Se trata de una lamentable realidad que debería generar vergüenza entre propios y extraños, con el fin último de impulsar acciones concretas contra los abusos y el abandono que sufren los adultos mayores en el país. Y es que, como bien reza un conocido refrán que se le atribuye a Gandhi, las sociedades pueden ser juzgadas según el trato que se le da a los sectores más vulnerables; y evidentemente la sociedad boliviana no sale muy bien parada si se la mide con esta vara.

De allí la importancia de aprovechar fechas como las del lunes para generar una mayor consciencia respecto a los estereotipos e ideas falsas acerca del envejecimiento que imperan en nuestra sociedad, lo que ha dado lugar a prácticas de discriminación contra los adultos mayores, así como trabas que les impiden contribuir a la vida social, económica, cultural y política del país.