Cómo ser pareja en tiempos de individualismo
Una persona sana, estable emocionalmente, con criterio formado y valores apreciará sus vínculos.
Hablar de amor, de relaciones sanas, estables, comprometidas, de matrimonio, respeto, tolerancia, aceptación, fidelidad… es un cuento solo para Disney, dirían algunos. Cada día evidenciamos, con asombro, dolor y decepción, la falta creciente de amor en nuestras relaciones interpersonales. Al igual que la presencia de personas carentes de principios y valores, que destruyen todo a su alrededor, producto de su falta de empatía y responsabilidad.
Parecería que el amor genuino ha quedado relegado a los libros como los que escribió Shakespeare. En la vida real, este sentimiento ya no aplica para todos. Cada vez hay más mujeres y hombres autosuficientes, egocéntricos y violentos, que viven en soledad. Los índices de infidelidad, de violencia intrafamiliar, depresión, suicidios, homicidios, feminicidios, parricidios, etc.; crímenes muchas veces caracterizados por un alto componente de ensañamiento, están hoy en día por las nubes. Cada día somos testigos de separaciones, de relaciones y vínculos inestables, de problemas de crianza; hijos fuera del matrimonio, demandas por paternidad y por pensiones. Ni contigo ni sin ti. Convivir por conveniencia o por supervivencia pareciera ser la norma entre algunos sectores, lo que a la postre se traduce en relaciones tormentosas llenas de vulnerabilidad, abuso y violencia para los involucrados.
Frente a este escenario, valorar el amor y recuperarlo representa un asunto de salud pública. ¿Por qué? Porque cuando nos vinculamos en una relación tóxica, desde una carencia afectiva o económica, quedamos expuestos a abusos o a la negligencia de la contraparte. Coartamos nuestra capacidad de decisión y resolución al ser dependientes, emocional o económicamente, de nuestro abusador. El daño psicológico es silencioso y muy destructivo. Por eso, salir del círculo de abuso y violencia es muy complejo, sobre todo cuando no hay una red de apoyo familiar.
Mucho se habla de la violencia del hombre hacia la mujer. Es la que más evidenciamos a diario, porque se expone más, pero también debemos ser capaces de ser justos y visibilizar los abusos que sufren los hombres, y que hasta el día de hoy no denuncian por miedo y orgullo. Por ello, ser pareja en tiempos del individualismo resulta muy complejo. Hoy todos hablan de empoderamiento y defienden vehementemente sus derechos. Yo los invito a ser humildes, reconocer errores y acercar posiciones, a cultivar relaciones sanas con base en el respeto y el amor genuino.
Una pareja te eleva o te hunde, económica, físicamente y psicológicamente. Asumir este asunto con liviandad nos ha llevado a no observar al otro tal cual es. Y cuando finalmente lo observamos, es demasiado tarde. Entonces, ¿cómo evitar la manipulación en una relación y construir relaciones de pareja en el amor? Primero debemos enfocarnos en nosotros mismos. Cómo vamos a dar amor si no sabemos qué significa amar, si no somos capaces de amarnos y respetarnos a nosotros mismos primero. Una persona sana, estable emocionalmente, con criterio formado y valores apreciará sus vínculos. No va a jugar con ellos. Pondrá límites al amor. Buscará un amor recíproco, no un amor desigual.
La herramienta para la manipulación es la victimización. Hay personas que, con distintas artimañas, responsabilizan a la contraparte de su triste realidad. Juegan con la manipulación para hacer sentir culpable a su pareja. La única manera de no caer en la manipulación es fortaleciendo la autoestima. Asimismo, alcanzar la independencia económica y emocional es primordial para poder mantener relaciones sanas y equilibradas.
* Coach en liderazgo, emprendimiento y felicidad; directora de HappyEmotions.