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Falsos policías y extranjeros

Se sabe que algunos delincuentes se han especializado en asaltar a turistas y/o extranjeros en el país disfrazándose como policías. Y, por su frecuencia, desafortunadamente estos crímenes han dejado de ser noticia. Por ejemplo, tan solo en el primer semestre de este año se reportaron 25 asaltos de este tipo, 12 en La Paz, y el resto en Santa Cruz (6), Tarija (4), Oruro (2) y Cochabamba (1).

Por lo general, estos delincuentes operan entre cuatro. El primer contacto con los extranjeros suele realizarlo una mujer en lugares estratégicos como terminales de buses o en la frontera. Una vez ganada su confianza, aprovecha su desconocimiento para fungir como una suerte de guía y les conmina a abordar juntos un taxi, manejado por uno de los cómplices, rumbo a un hotel u otra terminal. Pero a las pocas cuadras dos falsos policías, vestidos con uniformes, credenciales e incluso armas de fuego, interceptan el vehículo y, con amenazas y agresiones de por medio, desvalijan a sus víctimas.

Como es de suponer, el daño material y psicológico que les provocan es muy grande, sobre todo cuando abordan a extranjeros que solo están de paso por el país, rumbo a otras naciones para emigrar, con todos sus ahorros y objetos de valor a cuestas, los cuales terminan en manos de los atracadores. Además, constituyen un atentado contra la economía, pues desincentivan el turismo. Por todo ello, urgen controles policiales más eficaces contra estos delincuentes, así como reformas judiciales para que, cuando sean atrapados, no retornen a sus andanzas a los pocos días, tras compartir parte de sus “ganancias”.