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Puerto alternativo

Hace un par de semanas, la Aduana Nacional entregó al puerto Jennefer, ubicado en la hidrovía Paraguay-Paraná, la Orden de Proceder, documento que habilita el embarcadero como zona primaria aduanera y lo convierte oficialmente en el primer puerto internacional de Bolivia con capacidad de hacer operaciones de exportación e importación a través del océano Atlántico.

No se trata del primero ni del único puerto en la mencionada hidrovía; experiencias pioneras y exitosas ya existen desde hace muchos años, como los puertos Gravetal y Aguirre. Sin embargo, se trata de la primera iniciativa que obtiene el estatus arriba señalado y que solo en lo que va del año ya exportó 700.000 toneladas (t), muy por encima de las 400.000 t transportadas en 2018, y con la meta de llegar al millón hasta fin de año. Hasta ahora, cada mes se exporta desde ese puerto 20.000 t de urea y se alistan tres cargamentos de sésamo para Holanda, cueros para Italia y cemento para Paraguay.

Según el presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), el puerto Jennefer ya es formalmente una alternativa para el comercio cruceño, “especialmente para la agroindustria”. Pues, según sus cálculos, emplear esta vía para exportar representará un ahorro de “aproximadamente el 10% en la logística de transporte”. El gerente de la empresa portuaria estima que el ahorro puede ser incluso mayor.

Jennefer inició sus actividades en 2011 como puerto fluvial y terminal granelera para la exportación. Luego, en octubre de 2008 logró la certificación de puerto internacional gracias a su infraestructura de terminal multimodal y su capacidad para mover contenedores, carga-proyecto, graneles sólidos y líquidos, y carga en general. En abril de este año obtuvo una concesión para operar también como almacén aduanero.

Según la Gerente Técnico del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), el movimiento anual de carga boliviana a través de los océanos Pacífico y Atlántico es de aproximadamente 5,3 millones de toneladas, y la carga transportada a través de la hidrovía en el primer semestre de 2019 equivale al 21% del flujo total exportado. Por otra parte, está previsto que en octubre llegue al país, a través de ese puerto, 30 torres de generación de energía eólica adquiridas en China por la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE).

En un tiempo en el que los puertos peruanos no terminan de consolidarse como una alternativa a las terminales del norte de Chile, las cuales han adoptado, como en el caso de Arica, una actitud hostil con los importadores e importadores bolivianos, la alternativa de la hidrovía Paraguay-Paraná adquiere una relevancia aún mayor; y avances como el que motiva este comentario merecen todo el apoyo posible. Consolidar esta vía para la exportación de los productos bolivianos solo puede repercutir de manera positiva en la economía nacional y, sobre todo, en la presencia del país y sus productores en el comercio global.