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Sin tercera vía

A escasas dos semanas para la nueva y definitiva votación de investidura, continúa la incertidumbre en España sobre la posibilidad de formar gobierno o, ante un reiterado fracaso, ir a nuevas elecciones en noviembre. A la fecha, permanece bloqueada la alianza para un gobierno progresista del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez, y de Unidas Podemos (UP), de Pablo Iglesias.

Luego de las elecciones generales del 28 de abril, y tras extemporáneas e inconducentes reuniones de negociación, las dos sesiones de investidura a fines de julio fueron fallidas. Sánchez no logró articular ningún acuerdo, y el PSOE quedó aislado, sin la mayoría suficiente en diputados para formar gobierno en solitario. No hay señales de que la situación haya cambiado.

Como ningún partido del bloque de centroderecha (PP, Ciudadanos y Vox) se abstendrá para facilitar la investidura, la única alternativa es apostar por una alianza de centroizquierda. Para formar mayoría, el PSOE, con Sánchez como presidente del Gobierno, requiere no solo el apoyo de UP, sino también de fuerzas menores nacionalistas. Faltan acuerdos, sobran desconfianzas.

Una reciente reunión reafirmó el persistente bloqueo: Iglesias condiciona su apoyo a la formación de un gobierno de coalición, con presencia de UP en el gabinete; Sánchez, a su vez, se cierra en un gobierno monocolor del PSOE, con generosa oferta programática. Si ninguno cede antes del 23 septiembre, el Rey disolverá las cortes y se convocará a elecciones. Será el fracaso de la política.