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Wednesday 24 Apr 2024 | Actualizado a 08:23 AM

Incendios y gestión de riesgos

La prevención es la única manera de salvar vidas humanas así como de animales, y de preservar la naturaleza.

/ 19 de septiembre de 2019 / 23:43

Las proyecciones más pesimistas sobre el calentamiento global se muestran cada vez más acertadas. No por nada Bolivia enfrenta incendios forestales de gran magnitud que hasta el momento han arrasado cerca de 3 millones de hectáreas (más de la mitad de la extensión de Oruro); y que pese a los esfuerzos no han logrado ser contenidos por factores climáticos, pero también porque persisten los chaqueos.

De hecho, varios bomberos voluntarios decidieron replegarse a sus regiones porque, según denunciaron, a las pocas horas de combatir el fuego éste vuelve a ser encendido por los propios comunarios, con lo cual sus esfuerzos resultan vanos. Incluso uno de los comunarios les habría reclamado, sin ningún reparo, por sus acciones contra las llamas, a tiempo de advertirles que de igual manera iban a volverlas a encender.

Y a esta irresponsabilidad y angurria por continuar las quemas para habilitar tierras para cultivos y pastoreo se estarían sumando fuertes vientos y la sequía extrema que atraviesa el planeta, producto del calentamiento global. Factores que habrían confluido para desencadenar los incendios forestales que hasta la fecha les han costado la vida a tres bomberos voluntarios, además de afectar 11 áreas protegidas y cinco territorios indígenas. Hablamos de una tragedia medioambiental de grandes proporciones que se está cebando particularmente con los árboles y los animales silvestres, tal como se puede apreciar en las imágenes que están circulando en las redes sociales.

Ahora bien, cabe resaltar que los incendios forestales de grandes magnitudes no son un fenómeno desconocido por estos lados. De hecho, estos desastres se repiten periódicamente en regiones claramente identificadas del país, algunos años con mayor intensidad que otros. A pesar de ello, cada vez que ocurren reaccionamos como si se tratasen de problemáticas recientes. Lo cual evidencia la ausencia de una cultura de riesgo para prevenir o al menos reducir las malas prácticas del agro boliviano y los efectos climáticos adversos en el país.

Por ello, urge insistir en la necesidad de que todos los niveles gubernamentales incorporen la gestión de riesgos y el análisis de los peligros climáticos en sus programas y planes de gobierno. Un requisito tanto más importante por cuanto una gestión responsable permite evitar o al menos atenuar las consecuencias de los desastres naturales y reaccionar ante imprevistos de gravedad.

Y si bien en un principio se necesita invertir tiempo, dinero y esfuerzos en tal sentido, con el tiempo, el Estado se podría ahorrar ingentes cantidades de recursos y las externalidades ocasionadas por las pérdidas (humanas, agrícolas y estructurales) que generan los desastres naturales como los incendios. Además, y más importante aún, la prevención es la única manera de salvar vidas humanas así como de animales, y de garantizar la conservación del patrimonio natural del país.

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Un día para reflexionar

Nos enfrentamos a una rápida degradación ambiental y al agotamiento de los recursos naturales

Heidy Resnikowski

/ 24 de abril de 2024 / 06:51

El 22 de abril fue declarado por las Naciones Unidas como el Día Internacional de la Tierra. Es una fecha para reflexionar sobre nuestro planeta, recordar que es nuestro hogar común y que es necesario promover la armonía entre el ser humano y la naturaleza, y equilibrar tanto las necesidades económicas, sociales y ambientales en el presente y para el futuro.

Los esfuerzos para tomar conciencia mundial sobre la interdependencia entre la humanidad, otros seres vivos y el planeta datan de mucho tiempo atrás. En el siglo XVIII, Voltaire presentaba un diálogo filosófico con la naturaleza en que ella, entre otras, le respondía: “Soy el gran todo”, “soy agua, tierra, fuego, atmósfera, metal, mineral, piedra, vegetal y animal”, como dándose una oportunidad de ser escuchada. 

También vea: Que ningún humedal desaparezca

En 1972, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, en Estocolmo, fue un primer paso para asumir el respeto y cuidado del planeta como una tarea global. Allí se sentaron las bases para el desarrollo sostenible, y se establecieron los principios para la conservación y mejora del medio ambiente, y se plantearon recomendaciones para la acción ambiental internacional.

Un hito clave en la historia medioambiental fue la Cumbre de la Tierra en 1992, en Río de Janeiro. En ésta se buscaba ayudar a los gobiernos a repensar el desarrollo económico y encontrar formas de dejar de contaminar el planeta y agotar sus recursos naturales. La Declaración de Río resalta la responsabilidad de los seres humanos por el desarrollo sostenible, la protección y el restablecimiento de la salud y la integridad de la Tierra. Establece que los Estados deben cooperar con la conservación del planeta, basándose en un espíritu de solidaridad mundial entre países.

Desde entonces y hasta hoy, se han llevado adelante otros grandes esfuerzos como la Cumbre de la Tierra de Johannesburgo, en 2002; la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible Río+20, en 2012, así como otras cumbres por el clima, los bosques y el agua, para generar mayor entendimiento y compromiso de la humanidad y los tomadores de decisión hacia la salud del planeta.

Sin embargo, pareciera que todas estas grandes cumbres y acuerdos globales aún son insuficientes para lograr un sincero compromiso y acciones más tangibles en favor de la naturaleza. Las cifras sobre la acelerada pérdida de la biodiversidad, el imparable avance de la deforestación, el cambio climático, la contaminación y la desertificación son cada vez más desalentadoras.

Nos enfrentamos a una rápida degradación ambiental y al agotamiento de los recursos naturales como resultado de patrones de desarrollo insostenibles y patrones de consumo desmedidos. Trabajos científicos recientes señalan que estamos transgrediendo una serie de límites planetarios con el riesgo de llegar al punto de no retorno.

Hoy más que nunca, días como estos nos sirven para hacer un alto en nuestra vida cotidiana y reflexionar sobre esta desoladora realidad, darnos tiempo para reconectar con la naturaleza, y por qué no honrarla. Esta desafiante misión de cuidar el mundo no solo depende de las iniciativas globales y los tomadores de decisión, sino de todos y cada uno de nosotros. Que podamos comprometernos desde nuestras pequeñas decisiones y acciones, por más irrelevantes que parezcan, a respetar y cuidar la Tierra por su salud y el bien común de la humanidad.

(*) Heidy Resnikowski es subgerente de Planes de Manejo en la FAN

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En vida, hermano, en vida…

La prole ha crecido, que tienen 26 nietos (dos en la eternidad) y cuatro bisnietos

Rubén Atahuichi

Por Rubén Atahuichi

/ 24 de abril de 2024 / 06:47

Matilde es de armas tomar y de temer también. Luego de sus tres primeros partos, siempre pensó que en el siguiente iba a a morir ella o el hijo que venía en camino. Es que las condiciones de salud en el pueblo eran extremas, a 155 kilómetros lejos de la ciudad y a unos pasos de un vetusto centro médico que —¡vaya paradoja!— no tenía un médico, sino una enfermera.

Con las arrugas pronunciadas y la nieve cada vez más blanca de su cabello, se anima poco a poco a contar sus 80 años. Es una sonata escuchar sus historias, sus sufrimientos y sus alegrías en aymara, y a la vez, en castellano. Siempre con un dejo de humildad.

Revise: El MAS, la papa caliente del TSE

Ya baja el ritmo de sus caminatas tras el ganado, su querido hato de llamas y alpacas blancas, por los cerros y Cantuyu. Es que hace unos meses un dolor en el talón de Aquiles le impide el esfuerzo de siempre, aunque el parche León le hace bien. Ni las dos vértebras rotas en la caída de una pasarela del Carnaval de Oruro de 2014 la habían afectado tanto como ahora. “Los años, pues, ya me pesan”, dice con resignación.

Matilde pasó su vida en mil oficios, desde ayudar a sus padres a hacer carbón y cargarlo hacia el pueblo para que don Enrique Ortega o don Zoilo Verástegui, en sus viejos camiones, lo vendan en la ciudad; hasta hornear pan desde cuando murió su padre, vender choclos frescos con queso en la feria de Walpuni, en la frontera con Chile, o hacer helados con pan fresco en los campeonatos de fútbol, preparar té con té en las noches frías de junio de aniversario del pueblo y vender charquekán en la parada de los buses, cuando la carretera hacia la ciudad era aún de tierra.

Su compañero de vida, Eduardo, ya sufrió el freno de sus casi 82 octubres; un dolor —superado por ahora— en la ciática casi lo deja sin sus pasos altivos hace un par de años. “Si no fuera por su carro, ya no caminaría mucho”, cuenta Matilde.

También abre su libro de historias: su decisión de estudiar docencia en la normal de Corque, sus sufrimientos al responsabilizarse de sus hermanitas Berna y Sara al morir sus papás, su tarea de administrador de la pulpería de la planta de pólvora en Chile, su trabajo en el techo en el templo colonial del pueblo, el gran futbolista que fue y sus campeonatos o la vez que un tío suyo le entregó una desvencijada bicicleta a cambio de la deuda de 18 llamas a su padre. ¡18 llamas!

Maestro rural, las generaciones que pasaron por su carrera lo recuerdan como “el más estricto, pero un buen profesor”. Es memorable en mis relatos la vez que —siendo mi profesor de primaria— me corrigió un dibujo de Eduardo Abaroa con el bigote caído, cuando, en realidad, decía que el héroe del Topáter los llevaba ondulado en los extremos. ¡Qué lección, que me ayudó siquiera a ser un artista en pausa en el oficio!

Recuerdo los años 90 cuando sufría una leve depresión al saberse jubilado. Aprendió a preparar charque de llama (carne deshidratada) para venderlo en sobres manila. Fue el pionero del oficio y se fue a Puno, Perú, a aprender a hacer embutidos también. Montó una planta tecnificada de producción de charque, que, ahora, con poca actividad, parece convertirse en una sala de museo.

Matilde y Eduardo viven solos en una casa para más de 11 personas, sin contar el hospedaje que instalaron. Ahora pueden tener comodidades que no pudieron tener “por sacar adelante” a sus nueve hijos. Sin embargo, se entiende, tenerlo todo no es nada si en el día a día solo se miran y recuerdan con nostalgia cómo sus criaturas llenaban de alegría y rabietas la casa, y ahora son adultos ocupados en sus quehaceres y sus propios sueños, lejos del pueblo; a veces, a su turno, solo los fines de semana, en los feriados o en el Carnaval.

La prole ha crecido, que tienen 26 nietos (dos en la eternidad) y cuatro bisnietos; devenidos del tronco ancestral, los bisabuelos Celestino y Micaela, y Manuel y Fabiana, y los tatarabuelos Marcelo y Carlota, Rufino y María, Jorge y Felisa, y Santiago y Emiliana.

Son mis padres, ahora siento más ganas de estar con ellos; quise hacerles este homenaje. “En vida, hermano, en vida”, decía la poeta mexicana Ana María Rabatté.

(*) Rubén Atahuichi es periodista

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Modalidades de graduación

Luis Callapino López

/ 24 de abril de 2024 / 06:43

El Reglamento de Graduación en el Bachillerato Técnico Humanístico (BTH) del Subsistema de Educación Regular fue aprobado mediante Resolución Ministerial 0912/2023, el 18 de octubre de 2023, empero, conforme a la disposición transitoria segunda de referida norma, está vigente a partir de la presente gestión.

En ese marco, tiene por objeto regular el proceso de graduación a fin de la obtención del título de técnico medio en una determinada Unidad Educativa Técnico Humanística Plena (UETHP) de los sectores fiscal, privado y de convenio.

Consulte: Debilidad académica en el bachillerato técnico

Según el reglamento, las modalidades de graduación son las distintas opciones académicas que tienen los estudiantes para elaborar el trabajo de grado en sus vertientes de elección, desarrollo y defensa.

En tal sentido, los estudiantes de quinto de secundaria, de manera voluntaria, sin que medie presión alguna, podrán elegir una modalidad de graduación al finalizar el desarrollo curricular del tercer trimestre, tomando en cuenta la relación con el perfil profesional y el campo de acción laboral de las carreras técnicas tecnológicas con las que cuenta la UETHP.

Este año, por única vez, los estudiantes de sexto de secundaria deberán elegir la modalidad no antes de la finalización del primer trimestre, vale decir, según el calendario escolar, hasta el 10 de mayo.

No obstante, de manera excepcional y previa justificación documentada, estos alumnos podrán cambiar de modalidad hasta un mes antes de la conclusión del segundo trimestre; en la presente gestión escolar, el plazo fenecerá los últimos días hábiles de julio.

Ahora bien, las modalidades en el BTH se circunscriben en cuatro proyectos; Emprendimiento Productivo, Innovación, Servicio Social Comunitario y Presentación Artística. Aparte, la Práctica Laboral Comunitaria (PLC), como modalidad novedosa a la transitabilidad del nivel técnico medio al Subsistema de Educación Superior de Formación Profesional.

En tal virtud, la PLC consiste en una intervención guiada del estudiante en situaciones reales de los procesos de producción, a objeto de fortalecer sus habilidades, capacidades y potencialidades desarrolladas en las carreras técnico tecnológica especializadas.

Las tareas de la PLC se podrán desarrollar al interior de una unidad productiva de los sectores público, privado, cooperativas u organizaciones no gubernamentales, bajo la supervisión estricta del maestro de área y tutor, en horarios alternos a la formación humanística, en un lapso de dos a tres meses (igual o mayor a 60 horas académicas), durante el tercer trimestre de sexto de secundaria.

Para efectuarla, es imperante el acuerdo mutuo entre los representantes de la unidad productiva y los actores de la UETHP, vale decir, director (responsable nato), maestros, padres de familia y estudiantes. El convenio deberá especificar responsabilidades, tareas específicas, equipos de seguridad industrial, entre otros.

En consecuencia, para el desarrollo responsable de la PLC es necesario que la UETHP elabore un protocolo de intervención que establezca principalmente las acciones generales a desarrollar por los estudiantes de sexto de secundaria, que respondan obviamente al trabajo de grado y defensa para la obtención del título de técnico medio.

(*) Luis Callapino López es magister en Políticas de Formación Docente

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El veto de EEUU en el Consejo de Seguridad

Reconocer el Estado palestino y aceptar su membresía en las Naciones Unidas es un derecho inalienable

Mahmoud Elalwani

/ 24 de abril de 2024 / 06:39

El jueves 18 de abril, el Consejo de Seguridad de la ONU votó una resolución sobre la solicitud del Estado de Palestina para ser miembro pleno de dicha organización, pero el veto estadounidense (el quinto en los últimos seis meses) frustró dicha resolución que fue aprobada por 12 países: Rusia, China, Francia, Japón, República de Corea, Argelia, Mozambique, Sierra Leona, Guyana, Ecuador, Eslovenia y Malta, con las abstenciones de Gran Bretaña y Suiza.

Hace 12 años, desde la Resolución 19/67 de 2012 que otorgó el estatus de Palestina en las Naciones Unidas en la categoría de Estado observador, Estados Unidos justifica su veto al considerar que ser miembro de pleno derecho solo se logrará mediante “negociaciones directas” entre las dos partes, pero sabiendo de antemano que no existen negociaciones directas entre las partes palestino-israelíes ni políticas, ni las relacionadas con los acuerdos de Taba en enero de 2001. Con la llegada del gobierno extremista israelí encabezado por Netanyahu, que rechaza categóricamente el establecimiento del Estado de Palestina y niega los derechos nacionales del pueblo palestino, se imposibilita la negociación.

Lea también: Un alto de fuego no permanente

Estados Unidos rechazó descaradamente el intento de acuerdo presentado en 2008 por el exprimer ministro del gobierno de ocupación, Olmert, porque veía en él un alejamiento de “las constantes de la posición estadounidense” y un acercamiento a una “posible solución”. La nueva maniobra estadounidense representa una desviación fundamental de la realidad política. El veto es injusto, inmoral e injustificado, decepcionante, desafortunado, vergonzoso, irresponsable, constituye una agresión flagrante contra los derechos del pueblo palestino y desafía la voluntad de la comunidad internacional, que apoya firmemente que el Estado de Palestina obtenga membresía plena en las Naciones Unidas. Actualmente hay más de 140 países en el mundo que reconocen el Estado Palestino. Estados Unidos ha violado todas las leyes internacionales y ha roto todas las promesas relativas a la solución de los dos Estados y el logro de la paz en la región.

La administración estadounidense está liderando abiertamente la batalla para bloquear el camino para que Palestina obtenga sus derechos. Es otra vergüenza añadida a su historial de atacar y socavar los cimientos de la acción internacional colectiva y demuestra su parcialidad ciega a favor de la entidad de ocupación israelí. La administración estadounidense está apoyando la   agresión de Israel, se niega a obligarle a detener la guerra de genocidio, le está suministrando armas y dinero con los que está matando a niños palestinos inocentes. Estas acciones no favorecen la seguridad y la estabilidad en la región ni en el mundo.

La maniobra estadounidense, al rechazar la solicitud de plena membresía al Estado de Palestina, es un pretexto para mantener una ilusión de negociación entre ambas partes, mientras Israel establece un Estado judío racista único en Palestina. La maniobra estadounidense no es más que un engaño claro. Este veto revela las contradicciones de su política, que ha roto todas las promesas de las que habla con respecto a la solución de dos Estados y al logro de la paz en la región.

El ministro de Asuntos Exteriores israelí, Yisrael Katz, dijo durante la sesión: “Si el Consejo de Seguridad aprueba la resolución, entonces será el Consejo de Terrorismo no de Seguridad”, y tras la votación felicitó a Washington por utilizar su veto contra la propuesta, declarando que reconocer un Estado Palestino, a medio año del atentado de octubre, sería una “recompensa por el terrorismo”.

Reconocer el Estado palestino y aceptar su membresía en las Naciones Unidas es un derecho inalienable para el pueblo palestino y una responsabilidad jurídica y moral para el Consejo de Seguridad, especialmente en este momento en que Israel está lanzando su guerra genocida contra Gaza y continúa con sus medidas ilegítimas que perpetúan la ocupación y socavan la solución de dos Estados y de todas las posibilidades para lograr una paz justa, permanente e integral. El logro de la paz, la seguridad y la estabilidad en nuestra región y en el mundo depende de la implementación de resoluciones internacionales de legitimidad, poner fin a la ocupación israelí de la tierra del Estado de Palestina y reconocer los derechos legítimos del pueblo palestino, sobre todo de su derecho a la autodeterminación y el establecimiento de su Estado independiente con Jerusalén Este como su capital.

(*) Mahmoud Elalwani es embajador del Estado de Palestina en Bolivia

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Ganadores y perdedores

¿Ser un buen candidato es garantía de ser un buen presidente? No. Definitivamente, no

Alfredo Serrano Mancilla

/ 23 de abril de 2024 / 06:45

¿Tendría sentido tener que superar un examen de física cuántica para ser periodista deportivo? ¿O un test para conducir camiones si vas a ser bibliotecario? Esta relación sinsentido, en la que lo uno está desconectado totalmente de lo otro, predomina cada día más en la política; más específicamente, entre dos universos que, aunque están interconectados, no parecen tener nada en común.

¿Ser un buen candidato es garantía de ser un buen presidente? No. Definitivamente, no.

Lea: Cuando un champiñón es un bien de lujo

Son muchos los ejemplos que podemos encontrar en América Latina que demuestran que el conjunto de exigencias para ganar una cita electoral no está en concordancia con los requisitos para poder gobernar virtuosamente.

En los meses de campaña, un candidato hace y dice cualquier cosa. No se le exige ni rigor ni responsabilidad. Además, se premia lo “anormal”; cuanto más raro y excéntrico, casi mejor.

Véase, por ejemplo, a Milei en Argentina: podía gritar, insultar, mostrar una motosierra, decir que estaba a favor de la venta de órganos o de eliminar el Banco Central. Y no le restó nada para ganar. Es más, seguramente, le sumó unos puntos “mostrarse” como “el diferente” a los políticos tradicionales. Sin embargo, todo ese plus, a la hora de gobernar “resta”, porque lo que en campaña podría ser tildado como algo simpático, ahora puede ser considerado como una ineptitud (como ha sido el esperpéntico episodio hablando de la caída de la inflación a través de los datos de un bot falso).

Por otro lado, también está el plano comunicacional. En campaña, cuando se trata de candidatos opositores, la esencia de su puesta en escena está en criticar, en expresar que todo está mal, en objetar todo. Con esta estrategia opositora, muchas veces basta para sintonizar con una mayoría hastiada. De hecho, apenas dedican tiempo a mostrar y explicar propuestas elaboradas y sólidas. Las soluciones casi siempre se formulan con un exceso de simplicidad (inexistentes en la realidad).

En definitiva, el test de idoneidad para ser un buen candidato, en muchas ocasiones, nada tiene que ver con el test para ser un buen gobernante. En consecuencia, este tránsito de pasar de una condición a la otra está plagado de tropiezos y errores.

Las cualidades exigidas para lo uno no sirven para lo otro.

¿Por qué? En gran medida, esta falta de concordancia se explica porque las reglas para ser el más votado están desacopladas de las reglas de funcionamiento del Poder Ejecutivo. Pareciera que estemos asistiendo a un dilema democrático de época, en el que la política tiene de dos caras que no necesariamente están sincronizadas. Lo que se hace en la campaña electoral no sirve para gobernar, y viceversa.

Véase otro ejemplo: Noboa en Ecuador. Muy capaz para hacer un spot publicitario en campaña e incapaz para dimensionar la importancia que tiene el respeto al Derecho Internacional. Tal vez creyó que invadir una embajada extranjera era lo mismo que preparar un video para TikTok.

Nos encontramos, así, con presidentes sin preparación para ejercer su cargo. Sin saber cómo gobernar, pero creyendo que sí están dotados para ello porque ganaron unas elecciones. Y no. No es así. No están capacitados, porque tienen facultades para hacer una buena campaña, pero no para gestionar un país en el día a día.

Por esta razón es común ver cómo muchos presidentes comienzan su periplo con una imagen positiva muy elevada en los primeros meses, gracias al viento a favor que venía de los tiempos de campaña, pero, a medida que les toca gobernar, se desploman rápidamente. Este es un patrón cada vez más constante en América Latina y en el mundo (con excepciones, como la de AMLO).

En conclusión: puede ganar una elección el que vaya a ser un muy mal Presidente.

(*) Alfredo Serrano Mancilla es doctor en Economía y director del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag)

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