Colapso es un libro del geógrafo americano Jared Diamond que lo citamos tiempo atrás. En ese texto, Diamond estudia las causas que determinaron la desaparición de algunas civilizaciones a lo largo de la historia con impactantes ejemplos. Sobre la base de este importante libro, el siempre inspirador Javier Medina escribió, hace cinco años, un texto que todos deberían leer: Acerca de la noción de Colapso civilizatorio, que lo encuentras en el blog circuloachocalla.org.
Medina repasa a Diamond y las causas estructurales que determinaron la caída de civilizaciones tan dispares y disímiles como Montana en Estados Unidos, los mayas en Centroamérica, la Isla de Pascua en el océano Pacífico, entre otros. Con esos ejemplos, Medina estable relaciones con la experiencia boliviana tanto en las condiciones sociales y geográficas como en el paradigma civilizatorio que decidimos seguir, concluyendo con pesimismo sobre nuestro futuro.
Y todo esto viene a cuento porque, según las últimas estimaciones, tenemos un balance aterrador que parece no inmutar a los responsables de dirigir nuestro futuro: más de 3 millones de hectáreas han sido devoradas por los incendios descontrolados en la Chiquitanía. Una superficie descomunal que compromete el futuro de esa pujante región, porque ha desequilibrado la coherencia entre ciudades intermedias y territorio, que se tenía antes de esta tragedia.
Pienso que, ante semejante tabula rasa, la sociedad cruceña tiene un desafío y una oportunidad de escalas históricas para trazar una planificación y un desarrollo acordes a los desafíos del nuevo milenio. Volver al paradigma occidental de un crecimiento sin límites, depredando medio ambiente y fomentando el cambio climático es ya un sinsentido. Pero es un sinsentido que embelesa a los círculos del poder político y empresarial, que sueñan con un desarrollismo a lo gringo, a lo proto-soviético, o como la híper contaminada China posmoderna. ¿En qué momento se rifó la esperanza del vivir bien? ¿Quién fue el responsable de lapidar un desarrollo descolonizado con otro paradigma civilizatorio?
Santa Cruz tiene la oportunidad histórica de demostrar que es capaz de definir un futuro con renovados criterios de civilización y desarrollo. Caso contrario, vamos derechos al colapso y sin darnos cuenta, porque no tenemos la educación apropiada para separar la paja ideológica del trigo vital. En palabras de Medina: “Me temo que la recepción del modelo educativo occidental ha sido perfecta. Presiento que se van al carajo, arrastrándonos al resto del planeta. Hay que desengancharse, aumentando nuestra propia resiliencia biocultural”.
* Arquitecto.