Valores bolivianos
La Encuesta Mundial de Valores (EMV) muestra un retrato poco halagüeño de la sociedad boliviana.
Machista, conservadora, religiosa, conservadora, xenófoba, nacionalista; en resumen: chauvinista. Tal es el retrato de la sociedad boliviana (por supuesto, no de todos sus miembros, pero sí de la mayoría) que arroja la actualización de la Encuesta Mundial de Valores (EMV) presentada ayer, y que da cuenta de cuáles son los sentimientos, actitudes y prácticas de las y los bolivianos.
Realizada con la participación del Centro de Investigaciones Sociales (CIS) de la Vicepresidencia del Estado, la Comunidad de Estudios Sociales y Acción Pública Ciudadana, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), el Fondo de Naciones Unidas para la Población (Unfpa) y Oxfam, la encuesta indagó a personas de 35 municipios de todo el país y logró el retrato que aquí se comenta en 2017, pero que se actualizó en los últimos meses.
Así, llama la atención que, mayoritariamente, las y los bolivianos siguen creyendo que las tareas del hogar así como la educación de las y los hijos es prioritariamente una labor de las mujeres. El promedio es más parecido al de los países musulmanes que el de los otros países latinoamericanos. Coincidentemente, según el estudio, la sociedad boliviana es mayoritariamente religiosa; causa probablemente de un carácter conservador y potencialmente intolerante con cualquier perspectiva diferente a la propia. Mujeres, jóvenes y habitantes del área rural aparecen como las y los más desconfiados.
El informe también revela que las y los bolivianos no creen en los beneficios de la ciencia y el desarrollo tecnológico, al extremo que “el promedio de valoración que tiene la ciencia en Bolivia está entre los más bajos del mundo”. Si algo tiene de bueno esta posición es que la cantidad de personas que prefieren la protección del medio ambiente antes que el desarrollo es mayoritaria.
El ahorro tampoco es una de las prioridades de los bolivianos, que prefieren enseñar a niñas y niños buenos modales (83% de las personas encuestadas), responsabilidad (70%), obediencia (48%), dedicación al trabajo (54%) y fe religiosa (42%), antes que esfuerzo, ahorro y acumulación de riqueza, valores asociados con el capitalismo.
Asimismo, llama la atención que la mayoría de las personas que respondieron a la encuesta reconocen que sienten un fuerte apego a la identidad nacional en algunos casos, y en otros, a la identidad regional. Lo cual produce un alto orgullo de ser “boliviano”, pero al mismo tiempo causa desconfianza hacia los extranjeros, cuya migración es vista como negativa.
En resumidas cuentas, el estudio muestra un retrato poco halagüeño de la sociedad, que no ha logrado superar algunas taras típicamente coloniales y que, probablemente, sean causa de la dificultad que encuentran las personas visionarias e innovadoras para prosperar, sea en el sector público o en el privado. Y que explica en gran medida por qué la clase política tiene las actitudes y prácticas que muy a menudo se lamentan en los espacios críticos.