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Debatible, inviable

En su edición inaugural, el suplemento Animal Electoral de La Razón expuso diferentes posicionamientos político-electorales en relación al federalismo, esa bandera izada en el reciente cabildo organizado en Santa Cruz. Aunque en general todos parecen dispuestos a debatir el asunto, asumen también que su realización es aún inviable. Por ahora, se trata solo de un “sueño federalista”.

Si bien la demanda de federalismo tiene antecedentes históricos de larga data en el país, fue retomada como discurso por alguna dirigencia cívica. La consigna “Potosí federal” es una muestra de ello. Y ahora ingresó con fuerza en la agenda del Comité pro Santa Cruz, que incluyó una pregunta específica en el cabildo de la semana pasada, asumido como “el punto de partida”. Hasta ahora, la lucha contra el centralismo apostaba por la autonomía departamental, siempre en el marco de un Estado unitario.

Luego de más de 180 años de vida republicana, la actual Constitución Política del Estado, resultante de un agitado proceso constituyente, adoptó un nuevo modelo de Estado en Bolivia con dos cualidades esenciales. La primera es su carácter plurinacional, en el marco del reconocimiento de las naciones y pueblos indígena originario campesinos. La segunda cualidad son las autonomías, en plural, con base en una nueva organización territorial del Estado. El complejo modelo está vigente desde hace una década.

El reconocimiento constitucional de las autonomías estuvo impulsado en especial por la demanda de autonomía departamental de Santa Cruz, que luego se vinculó con otros niveles autonómicos: regional, municipal e indígena. No está claro si la consulta sobre el “sueño federalista” planteada en el cabildo (que según la norma tiene carácter deliberativo y no vinculante) implica un abandono de la divisa autonómica, incluido el estatuto departamental, o es más bien una apuesta por su profundización.

Como el cabildo se realizó pocos días antes de las elecciones generales del 20 de octubre, y asumió de manera declarada un sentido de campaña política en el campo de la oposición, la cuestión del federalismo provocó atención inmediata de varios candidatos. Su pronunciamiento era inevitable, aunque en general haya sido tímido. Así, una consigna sobre un tema estructural, que interpela el modelo de Estado, nació contaminada por su uso electoral de coyuntura. Habrá que ver cómo queda luego de los comicios.

En todo caso, como consta en el Animal Electoral, la primera reacción de los actores políticos es abrirse al debate, pero bajo la premisa de que el federalismo es inviable en el corto y en el mediano plazo. Para empezar, el salto hacia un Estado federal implicaría una reforma constitucional vía Asamblea Constituyente. Y sobre todo, supondría asumir con realismo que las dificultades y límites existentes (especialmente de recursos) para avanzar en las autonomías se multiplicarían en un horizonte federal.