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Reflexiones sobre octubre

En esta época de elecciones las urbes viven un movimiento que marca los espacios públicos con todo tipo de acciones y expresiones ciudadanas, que muestran su respaldo incondicional a las ideas–fuerza que proponen los partidos políticos de su preferencia. Un hecho que sucede en casi todos los países del mundo.

Durante los periodos electorales, estos lugares muestran la efervescencia política de las multitudes, olvidando toda prudencia, pues expresan abiertamente la predilección de los ideales de cada grupo. Así, esa realidad logra romper la timidez del ciudadano de a pie, que en las concentraciones proselitistas es capaz de verter con claridad sus demandas y dejar una carga emocional a la urbe, la cual a su vez fortalece su memoria histórica.

Hoy, la ciudad pareciera que está cambiando, ya que las movilizaciones urbanas no son muchas, y las que se ven manifiestan abiertamente reivindicaciones. En esa línea, La Paz convive con todo tipo de agresiones entre grupos afines y contrarios a cada partido, aunque quizá los cierres de campaña sean los momentos clave para que esos actos se conviertan en expresión política pura y lo relevante sean las propuestas a futuro para el país. Lo lamentable es que los atentados contra el ornato de la ciudad continúan, pero de manera más prudente, por ejemplo, con pósters o afiches que se cuelgan; aunque no falta la panfletería pegada en muros y postes de luz.

En el caso de lo virtual (internet y redes), habrá que decir que este medio dinámico puede convertirse hasta en hostigador, debido a que cientos de mensajes llegan diariamente a los celulares desde las primeras horas del amanecer, y algunos resultan sugestivos porque muestran la realidad de estos momentos, así como los anhelos de una parte de la sociedad; pero otros tantos presentan contenidos mediocres y agresivos que solo buscan desestabilizar la fuerza de ciertas propuestas.

Lo relevante es que ese sistema contemporáneo logra crear un cruce interesante de aportes conceptuales, cuyo significado político debiera ser mejor analizado, porque muestra verdades ineludibles. Al respecto, la ciudadanía busca propuestas serias y que estén acordes con nuestra realidad. Empero, no faltan los planteamientos que adoptan el insulto como arma para convencer al electorado, lo que les quita toda opción de socialización. Por donde se vea, es necesario que las campañas tomen en cuenta la evolución de los tiempos y la sociedad, de tal manera que sus mensajes contribuyan a ganar adeptos en favor de un candidato, pero sin que esto signifique defenestrar a otros.

En ese sentido, lo fundamental está en el cruce de los mensajes, debido a que éstos conforman un espacio conceptual portador de verdades e ideas por de más interesantes, y que ayudan a dilucidar lo que espera la ciudadanía. Esto en el entendido de que todo acontecimiento y pensamiento imprevisto viene cargado de una o más verdades, de las cuales un postulante puede sacar rédito para lograr sus expectativas en los comicios.

Parece necesario tocar, captar y apropiarse de la memoria de un país, y esencialmente de la esperanza de su población, ya que la mayoría aguarda que se construyan puentes de unión entre los bolivianos. Los ideales que conlleva la democracia permiten asegurar que el cruce de pensamientos escritos y virtuales es un mundo abierto útil para entender a una ciudadanía que, entre otras cosas, busca igualdad de oportunidades para todos.

* Arquitecta.