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Escombros en las Ánimas

Semanas atrás, alertábamos en este mismo espacio que el Valle de las Ánimas estaba siendo acechado por loteadores, y que por tanto su supervivencia podía verse comprometida. Gracias a la presión de los vecinos, las autoridades locales constataron estas denuncias y conminaron a los responsables a detener el movimiento ilegal de tierras, bajo amenaza de ser procesados y recibir multas de continuar estos trabajos. Una advertencia más que necesaria. La cual, empero, terminará en sacos rotos a menos que se realicen controles periódicos en ese parque natural y en el resto de las áreas verdes de La Paz y de los demás municipios.

Algo que lamentablemente no ocurre, como evidencia la acumulación de escombros y materiales de construcción precisamente en aquel valle paceño apostado al sur de la ciudad. Extremo que comprobaron periodistas de La Razón, especialmente en la parte conocida como el Cañón de las Ánimas, uno de los principales ingresos para visitar ese hermoso paraje natural, compuesto por senderos custodiados por farallones y cerros de arena y roca de formas extraordinarias, que han sido talladas durante cientos de años por la lluvia y el viento.

Sin embargo, año que pasa ese parque de 2.000 hectáreas de extensión pierde parte de su atractivo por el movimiento de tierras o la acumulación de escombros que suscita el presente comentario. Por ello, urge insistir en la necesidad de adoptar acciones y controles que garanticen la preservación y cuidado de aquellos parajes de ensueño, así como de la vida silvestre que habita en aquel lugar.