Fiesta democrática
Lo más importante esque hoy la decisión corresponde a las y los ciudadanos.
Como ya es tradición en nuestro país, las bolivianas y bolivianos tendremos hoy una fiesta democrática. Nos tocará elegir en las urnas al presidente y vicepresidente, así como a los miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional (36 senadurías y 130 diputaciones) y las nueve representaciones ante organismos parlamentarios supraestatales. Es la hora del votante.
La historia de la democracia en Bolivia es corta pero intensa. Luego de la Revolución nacional de 1952, que trajo consigo el voto universal, hubo tres elecciones no competitivas en un régimen de partido hegemónico (el MNR). Después vinieron casi dos décadas de dictaduras militares, con sucesivos golpes de Estado, hasta que en 1982 se inició formalmente la transición a la democracia con un gobierno (UDP) cuya legitimidad de origen provino de las urnas. Desde entonces concurrimos a elecciones periódicas.
En estos 37 años de ejercicio democrático, con arreglo al sistema de representación política y al sistema electoral, que fueron objeto de diferentes momentos de reforma, hemos tenido importantes aprendizajes, como el más elemental de la papeleta multicolor y multisigno, o el más sustantivo principio de preclusión. Y se produjo un valioso proceso de ampliación de derechos políticos: primero votar, después también elegir y más adelante decidir. La propia representación se amplió más allá de los partidos.
Con la realización de sucesivos comicios, bajo el principio constitucional de mandato fijo, empezamos a elegir también a las autoridades del poder local. Y luego, al impulso del proceso autonómico, se pudo votar por gobiernos departamentales. Asimismo, por primera vez elegimos constituyentes para la reforma total de la Constitución. Y desde 2004 iniciamos el ejercicio de la decisión en referendos. No son menores los saltos en paridad de género y en el horizonte asumido de una democracia intercultural.
En el marco de este proceso de democratización, con sus disputas y sus grises, llegamos a la jornada electoral de este domingo. Más allá del balance de los comicios, de las candidaturas, de los programas de gobierno, de las campañas electorales, de las encuestas de intención de voto, de la debilidad del organismo electoral, lo más importante es que hoy la decisión corresponde a las y los ciudadanos. Así, 7.315.364 votantes habilitados pueden ser parte de esta nueva cita con la democracia.
¿Qué deseamos este día? Que haya mucha participación en las urnas, una votación en paz, una elección transparente. Que las y los votantes, los jurados de mesa, los delegados de organizaciones políticas, los notarios y jueces electorales, los observadores nacionales e internacionales, en fin, los medios de comunicación, verifiquen que todos los procedimientos sean respetados, tanto en la votación como en el conteo de votos. Y esperamos, por supuesto, que al final del día el resultado sea plenamente respetado.