Han pasado 37 años desde que Bolivia recuperó su democracia. Dicho de otra manera, los bolivianos han tratado de construir un país democrático desde hace 37 años. Desde entonces se han realizado 10 elecciones presidenciales y diversos procesos electorales, como referéndums, elecciones locales, consultas ciudadanas, entre otros. El espíritu democrático en Bolivia tenía su sustento en la celebración periódica de elecciones, así como en el reconocimiento de los resultados de cada uno de los procesos electorales.

Sin embargo, desde que el Gobierno hizo caso omiso a los resultados del referéndum del 21 de febrero de 2016, cuando los bolivianos le dijeron no a una nueva repostulación del presidente Morales, las elecciones electorales en Bolivia ya no son una representación de la democracia. Aseveración que se confirmó con la elección presidencial del 20 de octubre, en la cual el Mandatario buscó ilegítimamente su reelección para un cuarto mandato presidencial.

Fue una jornada electoral con un alto índice de participación, dada la obligatoriedad del voto y las sanciones que se ejercen en caso de no cumplir con este deber ciudadano. Aunado a ello, la afluencia masiva a las urnas se dio también por el descontento de la población con un Gobierno que ejerce prácticas autoritarias, por los constantes atropellos a la Constitución Política del Estado, los escándalos de corrupción dentro de sus colaboradores más cercanos, el incremento del narcotráfico en el país, y la incapacidad gubernamental para atender asuntos prioritarios para las y los bolivianos.

Dicha jornada electoral tuvo muchos matices e irregularidades, que generaron la percepción de un fraude electoral. La interrupción de la Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) desató inquietud en la oposición, pues el Órgano Electoral carece de autonomía, credibilidad y confianza ciudadana. Al pasar las horas, los datos oficiales presentaban inexplicablemente una diferencia de más de 10 puntos porcentuales entre el primer y segundo lugar, evitando así la posibilidad de una segunda vuelta electoral.

La democracia en Bolivia está más debilitada que nunca, la celebración de elecciones electorales o la alta participación ciudadana en los comicios no son suficientes para decir que Bolivia es un país democrático. Se debe cumplir con los principios democráticos de manera sistemática y profunda. Para ello, hoy se necesita de todos y todas las bolivianas para construir una verdadera democracia en Bolivia. De otra manera, tal como lo menciona Andreas Schedler, estamos viviendo una parodia electoral, sin Justicia ni libertad. Estamos viviendo en un autoritarismo electoral.

* Especialista en políticas públicas.