Reforestar
Solo en los primeros tres días de trabajo se lograron recolectar 30 kilos de semillas en la Chiquitanía
Aunque en su momento se dijo que el Bosque Seco Chiquitano iba a tardar muchas décadas en recuperarse completamente luego del devastador incendio que entre agosto y septiembre arrasó con más de 3,5 millones de hectáreas, las tareas para ayudar a esa recuperación comenzaron apenas se apagó el último fuego. Un equipo de especialistas y voluntarios recolecta semillas para sembrarlas.
Se trata de una de las tareas parte del Plan Tajibo, iniciativa gubernamental con 10 medidas para mitigar y reparar el desastre causado por el fuego. En este caso se espera reforestar la zona (o parte de ella) con un millón de plantines de especies originarias de la Chiquitanía. Desde el mes pasado, 30 estudiantes de la carrera de Ingeniería Forestal de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, voluntarios del Movimiento Mare Tierra, servidores del Ministerio de Medio Ambiente y Aguas y comunarios del Territorio Indígena de El Lomerío recolectan semillas para este fin.
Según informó el director general de Forestación del citado ministerio, esta actividad se realiza antes de la llegada de las lluvias de verano, con el fin de asegurar la supervivencia de las nuevas plantas. Los recolectores han sido capacitados para identificar las semillas de las especies nativas de la región, escoger los mejores frutos y extraer de éstos las simientes. Algunos de los futuros ingenieros e ingenieras han aprendido a subir a los árboles más altos para recolectar sus frutos y sus semillas, utilizando rigurosas medidas de seguridad tanto para ellos como para los árboles.
Solo en los primeros tres días de trabajo, que han coincidido con el inicio de las movilizaciones en casi todas las capitales de departamento, se recolectaron 30 kilos de semillas, que fueron guardadas en cámaras especiales. Algunas de ellas serán sembradas en viveros hasta que los plantines tengan el tamaño suficiente como para sobrevivir por sí mismos, y otras serán arrojadas directamente a la tierra en un envoltorio que ayudará a su germinación cuando comiencen las lluvias.
Según la citada autoridad, se espera reforestar la zona devastada con especies como cusi, coquito, totaí, motacú, palma de caranda, almendra chiquitana, paquío, mora, tipa blanca, cabeza de mono, tajibo, así y palo maría. Según anunció la presidenta del Concejo edil cruceño, algunas de las semillas de estas especies también serán plantadas en el Jardín Botánico de Santa Cruz de la Sierra.
Pasada la tragedia del fuego que arrasó inconteniblemente a la Chiquitanía, la acción concertada de los diferentes niveles de gobierno, universidad y sociedad civil es una muestra de que no todo está perdido en materia ambiental, pues conciencia hay, y mucha. Lindo sería, también, que estas actividades para recuperar el bosque se reflejaran en el espíritu de las personas, que alentadas por la intensidad de la protesta han permitido que el fuego de la pasión arrase sus vidas, dejando quemaduras en el tejido social, que requieren urgente remedio.