A todos los bandos
Estos días son como un ventarrón que golpea alocadamente a diestra y siniestra sin indulgencia por todos los frentes. Se pintan muros que reflejan insultos de uno y otro lado, bloqueos y desbloqueos; rezos en la calle, fuera y dentro de las iglesias; banderas en las espaldas de gente que durante días y días deja su casa, las aulas, y en las bocacalles ponen cintas, sillas o cartones. Choferes y vendedoras que reclaman su necesidad de trabajar. Muchos otros que reparten a policías y bloqueadores refrescos, galletas o panes. En medio de este torbellino de confusión, a través de las redes sociales llega una muestra del entrevero ideológico con una supuesta carta de Luis Arce Gómez dirigida a sus camaradas de las Fuerzas Armadas. Por supuesto que la carta es un invento. El verdadero autor debe ser alguien que navega en el limbo de la babélica política, la justicia social y el respeto a la memoria de los mártires de ese régimen nefasto. Es un tiempo de calle, de caminatas, de desasosiego, de ansiedad por días mejores.
Un bando acusa al otro de mentir, engañar, someter. Le reclama una salida que sabe que el otro no va a aceptar. Y ninguno de los dos tiene ánimo de ceder o conceder, porque la racionalidad está sometida a la lucha por el poder o por ganar el puesto vacío del liderazgo de quienes no se sienten representados. Son días de enfrentamiento y polarización donde salen a relucir viejos asuntos de clase y posición dentro del universo social que hasta la fecha no han sido resueltos, a pesar de los años de gobierno de Evo Morales y de las leyes que tenían como objetivo conformar una sociedad inclusiva, no racista y más igualitaria. Son momentos peligrosos porque asoman y actúan todas las taras de desprecio y falso orgullo que han marcado a la población boliviana desde la Colonia.
Esos sentimientos siempre estuvieron latentes, afloran dada la oportunidad que tienen para salir y mostrar su vigencia. Este es un momento no solo de lucha por el poder entre quienes se quieren hacer de él y quienes se aferran de él, lo peligroso es que también es un tiempo de lucha entre quienes buscan recuperar los privilegios perdidos y quienes han visto la oportunidad de tenerlos para sí.
En el mundo existen sociedades que han logrado compartir las oportunidades y conviven sin pisarse, sin aplastarse, sin odiarse; en las que el cambio de gobierno es un tema administrativo que no busca defenestrar todo lo que hizo el anterior, sino mejorar lo alcanzado y priorizar lo propuesto en su programa. Esas sociedades se consiguen sin excesos y con un enorme grado de tolerancia al que ahora habría que apelar en plena adversidad desde todas las instituciones y agrupaciones por el bien de todos.
* Periodista.