Icono del sitio La Razón

Coches eléctricos

Entre otros aspectos, el cerco a la planta de Senkata durante más de 10 días puso de relieve la gran dependencia de la ciudadanía paceña y de El Alto respecto a los combustibles fósiles, como la gasolina y el gas natural; a tiempo de evidenciar la imperiosa necesidad de impulsar energías alternativas como los paneles solares y el uso de coches eléctricos en el país.

Y es que este tipo de vehículos no solo son mucho más amigables con el medio ambiente respecto a los motores a carburantes, sino que además pueden recargarse incluso en los propios hogares. Por ejemplo, Volkswagen ha desarrollado un sencillo dispositivo que se puede acoplar a la pared del garaje. Aparato que, según explica la compañía alemana, se puede integrar a la red doméstica de datos. Con lo cual, los usuarios pueden monitorizar la carga de sus vehículos eléctricos desde la comodidad de un sofá, así como gestionar aplicaciones o actualizar el software.

Y si se vive en un condómino o se utiliza un garaje compartido, se puede instalar un aparato comunitario con varias tomas, sufragado por todos los usuarios. Además, si se masifica el uso de coches eléctricos, como está ocurriendo en varias ciudades de Europa, EEUU y —especialmente— del Asia, con el tiempo los centros comerciales, supermercados, hoteles e incluso los lugares de trabajo pondrían a disposición de los usuarios puntos de recarga.

Todo ello eliminaría la dependencia respecto a los combustibles fósiles. Subordinación que es particularmente perjudicial en ciudades como La Paz y El Alto, cuya provisión depende íntegramente de la planta de Senkata. Lo que la convierte en un lugar estratégico cuando de causar problemas y desabastecimiento se trata; tal como se pudo percibir no solo en los días precedentes, sino también en los conflictos de octubre de 2003, en la llamada “guerra del gas”.

Por otro lado, no sobra recordar que los motores a diésel y gasolina son una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático y de la contaminación atmosférica en las ciudades. La cual genera no solo enfermedades respiratorias, sino también arteriosclerosis, cáncer, diabetes y problemas en el desarrollo neuronal, según investigaciones promovidas y difundidas por la OMS. Y esta peligrosa polución podría eliminarse paulatinamente con el uso masivo de coches eléctricos.

Por todas estas razones (la posibilidad de librarse de la dependencia de los combustibles fósiles y los beneficios medioambientales, junto a las ventajas de contar con enormes reservadas de litio, el principal componente para las baterías que utilizan los coches eléctricos), la venta masiva de estos vehículos en el mercado interno constituye una necesidad económica, social, medioambiental y de salud de primer orden, que debería ser impulsada a través de políticas públicas y privadas.