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Drones vs. pirotecnia

Durante los festejos de Año Nuevo, las autoridades locales de Shanghái (China) deleitaron a sus habitantes con un espectáculo asombroso, sin la necesidad de reventar fuegos artificiales. Utilizando 2.000 drones, los encargados organizaron una fiesta de colores e imágenes inédita y sobrecogedora sobre el río Huangpu.

Minutos antes de la llegada del nuevo año, estos aparatos se alinearon en el cielo para formar distintas figuras, como un planeta Tierra, un dragón e incluso representaron a una persona corriendo, símbolo del progreso alcanzado en los últimos 40 años tras la reforma económica china. Para finalizar este espectáculo de luces, los drones escribieron en el cielo con caracteres chinos la frase “zhui meng”, que significa “persiguiendo sueños”.

Entretanto, en el resto de las metrópolis del mundo la gente y las autoridades le dieron la bienvenida al 2020 con una fiesta de fuegos artificiales. Sin embargo, a diferencia de Shanghái, no todos disfrutaron de este desenfreno explosivo. De hecho, para muchos constituyó todo un tormento, en especial para los niños autistas, los bebés, las mascotas y los animales silvestres, como se comentó anteriormente en este mismo espacio. Esto sin contar la polución y la “contribución” al calentamiento del planeta. Por todo ello, es de esperar que de a poco otras urbes se vayan sumando a esta iniciativa de vanguardia impulsada por Shanghái; tal como ocurrió, siglos atrás, con la pólvora y los fuegos artificiales.