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Bebés abandonados

El año pasado en La Paz y El Alto al menos 22 menores de dos años fueron abandonados y únicamente dos madres se arrepintieron y acudieron a las autoridades para recuperar a sus hijos. La mayoría de estos niños y bebés fueron encontrados a la intemperie en plazas, mercados, baños, iglesias y hasta en basurales, en vueltos en frazadas o dentro de bolsas plásticas; con lo cual su vida se encontraba en peligro por las bajas temperaturas que se registran en la madrugada.

Lamentablemente no se trata de un fenómeno extraordinario. Por ejemplo, según datos de la Defensoría de la Niñez, el año pasado 280 menores se encontraban en los albergues departamentales, y solo el 14% pudieron ser restituidos a sus familias ampliadas (abuelos, tíos u otros parientes). Los demás están la espera de ser adoptados; proceso que muchas veces no se materializa, en parte por la excesiva burocracia, como antes se comentó en este mismo espacio.

Respecto a este fenómeno, se sabe que detrás de cada abandonado existe un embarazo no deseado, una violación y/o una situación de pobreza extrema. Hechos que se profundizan por factores como la marginalidad y la violencia de género. De allí la importancia de insistir en la necesidad de desarrollar políticas de Estado sostenibles que enfrenten esta situación de desamparo, promoviendo mayores oportunidades laborales y educativas entre los sectores más desfavorecidos de la sociedad. Por esto a largo plazo, y a corto plazo, urgen campañas de planificación familiar y de educación sexual orientadas especialmente a los adolescentes y a mujeres en situación de calle.