El Seguro Social Universitario puede salvarse
Con modelos de gestión, atención y financiamiento modernos el Seguro Universitario podría refundarse exitosamente.
Hace algunos meses alertamos sobre la crítica situación que afectaba al Seguro Social Universitario (SSU), de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Lamentablemente, autoridades de ese momento prefirieron ocultar la realidad, permitiendo que se acrecienten los factores que han contribuido a la debacle, como la contratación irregular de personal administrativo adicional con sueldos inexplicablemente altos, no se institucionalizaron los cargos y se continuó echando mano a los dineros de caja y bancos.
Por otro lado, la atención médica en consulta externa, las programaciones de cirugías y los estudios complementarios continuaron descontrolados por el modelo de gestión. Se permitió que profesionales privilegiados cumplan la mitad de su carga horaria para, supuestamente, atender a pacientes internados, hacer cirugías, asistir a juntas médicas y cursos de actualización o cualquier otra justificación improbada. Se han comprado servicios externos con dudosos contratos, incluso en áreas que brinda el propio SSU, y que se han suspendido de manera frecuente por falta de pago. Estos desvaríos de gestión, junto con otras deficiencias, han generado la actual situación, insostenible para los asegurados, beneficiarios y para el propio personal de la institución.
Para toda acción es necesario tener en claro que el SSU es propiedad de los docentes y trabajadores administrativos de la UMSA, y depende del Honorable Consejo Universitario. Por esta razón, su directorio lo preside el rector y lo componen representantes de docentes, trabajadores administrativos y jubilados de la UMSA. Atribuirle al SSU una supuesta autonomía con independencia total de la UMSA para manejarlo como su feudo fue la picardía de quienes lo llevaron al desastre actual. En un contexto de conflictos y enfrentamientos entre grupos de intereses se impusieron medidas insensatas, que provocaron una huelga prolongada declarada ilegal con descuento de salarios sin conseguir ninguna solución.
Todo esto demostró que la crisis del Seguro Social Universitario es integral y multifactorial. En consecuencia, la solución no solo pasa por echar a los gerentes o arrinconar a los sindicatos; ni en cambiar algunos funcionarios, reducir personal, suspender la compra de servicios externos, controlar el cumplimiento de funciones y horarios o comprar más servicios para cubrir la demanda. El SSU requiere una acción radical de inmediata reconstrucción institucional, diseñada sobre bases técnicas y científicas, a partir de un diagnóstico situacional y estudios matemático actuariales correctamente logrados por un equipo multidisciplinario de destacados profesionales de la UMSA y externos, además de la participación de organismos internacionales como la OPS/OMS y Unicef.
Como lo expresamos en una oportunidad anterior, el Seguro Social Universitario tiene suficientes fortalezas, y la aplicación de medidas heroicas le permitiría salvarse. Para afirmar esto hemos establecido que el número de asegurados y afiliados es manejable, la planilla salarial para calcular aportes es proporcionalmente alta, la relación de trabajadores activos sobre pasivos es satisfactoria, y tiene infraestructura y equipamiento que puede optimizarse.
En conclusión, tenemos la certeza de que implementado modelos de gestión, atención y financiamiento modernos, como parte de un plan de transformación integral, se puede refundar exitosamente el Seguro Social Universitario. Es obvio que para esto la politización, partidización, los grupos de poder y todo rasgo de corrupción deben ser erradicados.
* Es exdecano de la Facultad de Medicina de la UMSA.