Coronavirus
Urgen campañas que hagan énfasis en la necesidad de evitar el pánico y las reacciones excesivas
Como era previsible, el temido coronavirus COVID-19 ya llegó a Bolivia. El martes por la noche, el Ministro de Salud informó de dos casos confirmados, uno en Oruro y otro en Santa Cruz. Se trataría de dos personas ambas mayores de 60 años que viajaron de Italia al país. Ahora, contener los posibles contagios, pero sobre todo evitar la desinformación y el pánico, son las tareas urgentes.
Una primera medida gubernamental, casi coincidente con la noticia brindada por el ministro, fue el lanzamiento, también el martes, de una página web, diseñada con apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que informa sobre el nuevo virus y la forma de prevenir los contagios. Este primer paso, sin duda importante, deberá ser reforzado a través de otros medios, pues está demostrado que poco menos de la mitad de la población boliviana accede regularmente a internet.
Asimismo, ante la situación, el Gobierno, luego de una reunión con gobernadores y alcaldes, determinó declarar emergencia nacional por el nuevo coronavirus, con el fin de agilizar la asignación de recursos para paliar la situación; y está anunciada para hoy una declaratoria de alerta epidemiológica nacional.
Lo verdaderamente grave, sin embargo, está más allá de las acciones puntuales que se han ejecutado hasta ahora, pues las manifestaciones de miedo colectivo, que inevitablemente llegan acompañadas de discriminación y hasta violencia, pueden multiplicarse a una velocidad mucho mayor a la posible transmisión del virus.
Algunas de esas manifestaciones ya se han producido en la localidad de donde es oriunda una de las pacientes infectadas, quien tras confirmar su enfermedad se internó en el Hospital Ichilo, del municipio cruceño de San Carlos, donde el resto de los pacientes decidieron abandonar el nosocomio temiendo contagiarse. La situación empeoró cuando las autoridades públicas intentaron trasladar a la paciente al hospital San Juan de Dios, de la capital cruceña, donde se le impidió ser internada.
En Oruro, donde se registró el otro caso, las autoridades departamentales anunciaron que ante la falta de condiciones para sobrellevar la alarma, las labores educativas, tanto escolares como en centros de estudios superiores, fueron suspendidas desde ayer “hasta nuevo aviso”.
A su vez, ayer en Ginebra, el Director de la OMS confirmó que el mundo está ante una pandemia. Según cifras oficiales divulgadas junto con el anuncio, el número de personas infectadas con el COVID-19 en el mundo llegó a 118.554, en 110 países y territorios, de las cuales fallecieron 4.281 (aproximadamente el 3,6% del total de casos).
Se trata, pues, de una situación en la que importa menos la relativamente baja mortalidad del virus que el efecto social y económico que está causando. De ahí que urge insistir en la necesidad de campañas que, junto con información suficiente y oportuna sobre el modo de protegerse de un posible contagio, hagan énfasis en la necesidad de evitar el pánico y las reacciones excesivas.