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Subnacionales prematuras

En medio de la creciente disputa de ocho organizaciones que compiten en las elecciones generales de mayo, cada vez más actores políticos departamentales y locales anticipan candidaturas y cálculos estratégicos para los comicios subnacionales, previstos en principio para noviembre. Ambos procesos están vinculados y forman parte del muy extendido ciclo electoral en el país.

La Ley Excepcional para la Convocatoria y la Realización de Elecciones Subnacionales, aprobada en diciembre pasado por unanimidad en la Asamblea Legislativa, establece que dentro de las 48 horas siguientes a la posesión del binomio presidencial el TSE emitirá la convocatoria para las elecciones subnacionales. No habrá tregua, pues, ni para el Órgano Electoral ni para las organizaciones políticas. No habrá tregua para la ciudadanía. El 2020, como lo fue el 2019, es un año electoral.

A reserva de si los comicios presidenciales se definirán en primera o en segunda vuelta (y de los previsibles efectos del coronavirus COVID-19 en el proceso), antes de fin de año estaríamos votando para elegir gobernadores y asambleístas departamentales, alcaldes y concejales municipales. Es comprensible, pues, que los futuros candidatos ya estén en apronte, algunos en franca campaña, para obtener apoyo ciudadano en las urnas. En algunos casos, como en Santa Cruz, hay hasta encuestas de intención de voto.

Hay algunas disputas precoces a nivel subnacional que, de algún modo, dependen del resultado de las elecciones de mayo. Se habla por ejemplo de la posibilidad de enroque de timón entre la Gobernación y la Alcaldía cruceñas. En la ciudad de La Paz, el propio Alcalde alertó que el futuro de su agrupación ciudadana depende de cómo le vaya a su nueva aliada electoral. Ocurre lo propio en El Alto, así como en otros lugares como Tarija y Cochabamba, en función de sus alianzas nacionales.

La elección por voto popular de alcaldes y concejales, primero, y de gobernadores y asambleístas departamentales, después, es parte del proceso de ampliación de la democracia representativa en el país. Hoy forma parte también del lento y complejo proceso autonómico. Da cuenta de la llamada “división vertical” del poder, pensada como un contrapeso, desde las regiones, al poder en el nivel central del Estado. La importancia de los comicios subnacionales, pues, no es menor. Y suele traer sorpresas.

¿Qué nos espera en los comicios departamentales y locales 2020? Parece evidente que habrá un reacomodo importante, que no necesariamente implica renovación, de las fuerzas políticas y los liderazgos. Ello se vincula con el nuevo ciclo del sistema de representación política a nivel nacional, cuyo horizonte es todavía incierto, más allá de su innegable crisis. Así pues, sin respiro, pasaremos de la papeleta nacional a las papeletas subnacionales en un escenario de creciente polarización e incertidumbre.