El litio y la economía nacional
Los futuros beneficios de la industrialización del litio para Bolivia son innegables, pero lo serán aún más para la población del sudoeste de Potosí.
En Chile se organiza periódicamente debates titulados “El litio y la economía nacional”, sobre cómo administrar y explotar este mineral y sus derivados. Una posición muy en boga, expresada en dichos debates, fue la del actual Ministro de Minas, quien afirmó que en Chile “la reforma de la ley constitucional es necesaria en el sentido de liberar la explotación del litio y abrir ese mercado a la privatización”.
En la acera del frente, un senador opositor sostuvo que “(…) para garantizar que el litio beneficie a toda la sociedad, es necesario que su carácter estratégico y la reserva estatal de su explotación tenga rango constitucional”. Finalmente, el Subgerente General de la empresa de litio SQM afirmó que. “producto de las restricciones que existen, al ser el litio un mineral no susceptible de concesionar, no ha sido posible convencer a la industria automotriz mundial de la confiabilidad que tiene el mercado chileno”.
En el caso de Bolivia, para la empresa estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), el camino de la soberanía no es incompatible con la participación de las empresas privadas en las fases de creación de valor agregado en la industria del litio y sus derivados. Es más, se necesita de socios que nos aseguren mercados y tecnología, pero esto no significa que habrá privatización. El desarrollo exige una decisión estratégica simple: confiar los recursos a una asociación estratégica, un joint venture con mayoría boliviana, que pueda explotar el litio y sus derivados antes y en forma más eficiente, pero no guardarlos para satisfacer consignas sin contenido.
El concepto boliviano de soberanía respeta la visión de la población local de Nor Lípez en particular y de los habitantes de Potosí en general sobre el mejor uso de los beneficios del salar de Uyuni, canalizados por medio de las regalías. Las regalías deben, por lo tanto, asegurar la entrega de recursos económicos directamente a las poblaciones locales del sud oeste de Potosí para que el proyecto sea sostenible. ¿Qué sentido tendría la venta de un recurso que puede potenciar el desarrollo de Bolivia si no empezamos por sacar de la pobreza a los habitantes de la zona productora?
Con estos ingresos se podría diversificar la matriz económica de la región productora de litio, pasando de una economía de subsistencia a una vinculada con la globalización, que incluya la producción de la quinua real orgánica, un centro textil de la lana de alpaca, un polo de turismo de categoría mundial como el Cuzco, entre varios ejemplos.
Los futuros beneficios de la industrialización del litio para Bolivia son innegables, pero lo serán aún más para la población del sudoeste de Potosí. Por ejemplo, con la inversión de $us 2.000 millones para la industrialización de los recursos evaporíticos, y un monto similar para la creación de un polo químico-industrial en aquella región. Lo cual impulsaría el desarrollo integral del territorio adyacente al salar.
Para construir esta planta químico-industrial se necesita dotar de infraestructura adecuada a la región, más aún tratándose de una zona relegada. Por lo tanto, combinando la percepción de que la industrialización del litio va a cambiar la vida de los habitantes del lugar con la visión estratégica de la construcción de un polo industrial integral en Nor Lípez y de una infraestructura adecuada se podría asegurar un desarrollo sostenible, mejores empleos y bienestar social para los habitantes de los alrededores del Salar de Uyuni y para toda la economía de Bolivia.
Óscar Vargas-Villazón, docente de economía de la UCB, experto en litio.