Pensar la pospandemia
No se trata de pensar un futuro por demás incierto, sino de gestionar la inevitable crisis resultante
Si bien todas las energías, acciones y pensamientos están concentrados hoy en las mejores formas de gestionar la emergencia sanitaria para mitigar los efectos del COVID-19, hay debates sobre posibles escenarios posteriores, cuando la pandemia derive en endemia. No se trata de pensar un futuro por demás incierto, sino de gestionar la inevitable crisis resultante.
El coronavirus, que se propagó en pocos meses a nivel global tras su declarado surgimiento en la ciudad china de Wuhan, nos dejó perplejos y casi a tientas en las respuestas comandadas por los Estados. Las estrategias, con diferentes enfoques bajo orientación de la OMS, buscan limitar los contagios, mitigar sus efectos e intentar “aplanar la curva” para evitar el colapso de los sistemas de salud. A pesar de los esfuerzos, a la fecha se han registrado más de 2,2 millones de contagios y al menos 150.000 muertos.
En medio de la pandemia, algunas voces plantearon el falso dilema de salvar vidas o cuidar la economía. El debate se dio en torno a las medidas de aislamiento social que si bien contribuyen a reducir la velocidad de la reproducción del virus, provocan también daños en la economía. Algunos líderes, como el presidente argentino Alberto Fernández, optaron de forma inequívoca: “de la economía se vuelve, de las muertes, no”. Otros, como Jair Bolsonaro en Brasil, fueron en sentido contrario: “alguna gente va a morir, pero no vamos a parar la economía”.
¿Qué nos espera después de la pandemia? No lo sabemos de cierto. Para empezar, no tenemos idea de cuándo, ni cómo pasaremos a la pospandemia. No hay ninguna certeza sobre la temporalidad e implicaciones del tránsito de la emergencia sanitaria, bajo estado de excepción, a la “normalidad” sin confinamiento. Según la OMS, hay tres requisitos imprescindibles: haber controlado la transmisión del virus; alta capacidad para rastrear, hacer pruebas y aislar casos; y, minimizar los riesgos en el sistema de salud.
Quienes se están ocupando de pensar la pospandemia señalan cuestiones ya evidentes como que habrá una nueva centralidad del Estado-nación, hasta pronósticos más discutibles como que asistiremos a un cambio civilizatorio, pasando por la constatación de que la disputa por la hegemonía global se inclinará más claramente a favor de China en desmedro de Estados Unidos. Lo cierto es que, en el corto plazo, el reto será gestionar “la recesión más profunda de nuestra existencia”, en palabras de la OMC.
En Bolivia, el coronavirus nos encontró en un contexto de crisis, polarización e incertidumbre, derivado de los hechos de octubre-noviembre del año pasado. El único horizonte de distensión eran las elecciones convocadas para el 3 de mayo, hoy postergadas sin fecha. En el escenario pospandemia, a la profunda crisis de representación política y la cada vez más acentuada fractura social habrá que añadir una severa crisis económica. No es necesaria mucha imaginación para prever un escenario de difícil gobernabilidad sistémica.