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Irán y la cooperación internacional contra el COVID-19

La agresión global de Irán es incompatible con la cooperación internacional contra el COVID-19

/ 3 de mayo de 2020 / 06:42

Estados Unidos de América está comprometido a trabajar con sus socios internacionales para poner fin a la pandemia de COVID-19, incluso mientras enfrenta las repercusiones mortales del virus en casa. Es en este sentir que a la Embajada de Estados Unidos le gustaría subrayar las declaraciones del Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, quien dijo: “Más que nunca, los gobiernos deben ser transparentes, receptivos y rendir cuentas. El espacio cívico y la libertad de prensa son fundamentales. Las organizaciones de la sociedad civil y el sector privado tienen funciones esenciales que desempeñar”.

 El gobierno de Estados Unidos de América reconoce que la lucha contra COVID-19 se realiza mejor a través del esfuerzo cooperativo y de la ciencia. Como parte de la respuesta integral del pueblo estadounidense para derrotar a COVID-19, el Departamento de Estado de Estados Unidos y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) anunciaron el 16 de abril un compromiso de aproximadamente 5,2 millones de bolivianos (750.000 dólares) en cooperación de salud para consolidar las capacidades en el diagnóstico de COVID-19 y para mejorar la vigilancia epidemiológica aquí en Bolivia. Además, el gobierno de Estados Unidos está proporcionando más de 64 millones de dólares a países y organizaciones no gubernamentales en todo el hemisferio occidental para apoyar la lucha contra COVID-19.

 El 24 de abril, el embajador de Irán en Bolivia escribió un editorial en el que afirmó que Estados Unidos de América impone injustamente sanciones contra los líderes iraníes durante la pandemia de COVID-19. Tuvo razón en dos aspectos; Estados Unidos impone sanciones contra los líderes iraníes y alienta a otros países que respetan los derechos humanos a no comprar petróleo iraní. Esto se debe a que la República Islámica de Irán tiene una larga y bien documentada historia de violaciones de las libertades fundamentales a las que se refirió el Secretario General Guterres.

 Durante generaciones, la República Islámica ha pisoteado las libertades básicas de su propio pueblo y ha apoyado grupos terroristas en todo el mundo. Mientras tanto, una y otra vez, Irán ha eludido cumplir sus responsabilidades respecto a los derechos humanos básicos y a la no proliferación nuclear. Estados Unidos y sus socios en todo el mundo se oponen a estos abusos, incluso durante esta pandemia.

 En su editorial del 24 de abril, el embajador de Irán en Bolivia no mencionó que Estados Unidos y sus socios en todo el mundo han ofrecido en repetidas ocasiones apoyo para enfrentar al COVID-19 al pueblo sufrido de Irán, al mismo tiempo que han continuado pidiendo que los líderes dictatoriales de Irán rindan cuentas. Sin embargo, el régimen ha rechazado esta oferta de cooperación, dado que continúa priorizando la ideología por encima del bienestar del pueblo iraní. Las sanciones estadounidenses permiten la venta de alimentos, productos agrícolas, medicamentos y dispositivos médicos, siempre que tales transacciones no impliquen la participación de personas identificadas por su relación con la proliferación de armas de destrucción masiva o con el apoyo al terrorismo internacional por parte de Irán.

Si los líderes de Irán desean que se levanten las sanciones, Estados Unidos está listo para negociar con Irán. Todo lo que hemos pedido es que Irán se comporte como cualquier otra nación: que ponga fin a su apoyo al terrorismo, que detenga su programa nuclear, que deje de disparar misiles balísticos a sus vecinos y que deje de tomar como rehenes a ciudadanos extranjeros. No hay nada complicado ni injusto en estas condiciones. En un momento cuando el pueblo iraní está sufriendo y muriendo por la pandemia del coronavirus, es lamentable ver que el régimen desperdicia sus recursos en estas provocaciones que no hacen nada para ayudar al pueblo iraní. Considerando la crisis de salud que el mundo enfrenta, ahora es el momento para que los líderes de la República Islámica reflexionen y cambien su conducta. Estados Unidos continúa apoyando al pueblo de Irán, las víctimas más sufridas del régimen iraní.

Bruce Williamson, encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos.

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Crisis y carácter

/ 23 de agosto de 2020 / 00:43

A finales de 1776, cuando parecía que Estados Unidos perdería la guerra por su independencia, el filósofo Thomas Paine escribió estas palabras para levantar el ánimo de los revolucionarios estadounidenses:

Estos son los tiempos que ponen a prueba las almas de los hombres… pero el que lo soporta ahora, merece el amor y el agradecimiento de hombres y mujeres… cuanto más dura es la lucha, más glorioso es el triunfo.

Paine entendió que los tiempos de crisis son el crisol que pone a prueba la cualidad más importante de una nación: su carácter. Su voluntad de defender valores democráticos compartidos. Su compromiso de construir un futuro mejor para sus hijos e hijas. Su convicción de que nos levantamos y caemos, juntos.

Hoy, en este hemisferio y en todo el mundo, nuestro carácter está siendo puesto a prueba. La pandemia de COVID-19 pone en peligro la salud de nuestros pueblos. El deterioro económico amenaza nuestra prosperidad común. Las opiniones divergentes sobre lo que es el buen gobierno generan un debate feroz y, a veces, violento en nuestras sociedades.

Pero el hecho de que los tiempos sean difíciles no significa que sean tiempos sin esperanza. Los pueblos de nuestro hemisferio son esforzados, valientes y están llenos de ingenio. Tenemos carácter. Se están desarrollando tratamientos y vacunas eficaces contra COVID-19 rápidamente. Las economías de la región, con estímulo macroeconómico, repuntarán.

Después de casi tres años en Bolivia, dejaré el país en los próximos días. Me marcho agradecido por la hospitalidad que me brindaron a mí y a mi familia durante este tiempo. Celebro todo lo que hemos podido lograr en la expansión de los lazos comerciales, educativos y culturales entre Bolivia y Estados Unidos. Me enorgullece haber fortalecido los lazos de respeto y amistad entre nuestros pueblos.

Durante tiempos difíciles, a menudo recurro a las palabras del Reverendo Dr. Martin Luther King Jr. Cuando dijo su famosa frase, que soñaba con un mundo en el que las personas “no serían juzgadas por el color de su piel, sino por el contenido de su carácter”, no estaba solamente combatiendo el racismo. Las palabras del Dr. King nos desafían a todos a ponernos frente a nuestro prójimo y ser juzgados por nuestro carácter. Hoy en día, la pandemia más difícil que enfrentamos es la pandemia de la intransigencia, la incapacidad o la falta de voluntad para tender puentes entre nuestras divisiones filosóficas con soluciones mutuamente aceptables. En Bolivia, esta pandemia de intransigencia solo será resuelta por el carácter del pueblo boliviano; por su respeto a la democracia; por su compromiso con el futuro de sus hijos; por su amor al prójimo.

Respeto al pueblo boliviano y estoy seguro de que ustedes avanzarán por el camino hacia el futuro brillante que tanto se merecen.

Bruce Williamson es el Encargado de Negocios de Estados Unidos en Bolivia.

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Democracia es comunidad

La democracia necesita libertad de expresión, reunión y prensa para funcionar.

/ 24 de noviembre de 2019 / 00:00

La democracia es más que votar el día de las elecciones. Consiste en construir las bases del proceso democrático durante meses y años de arduo trabajo. El respeto a los derechos humanos y el proceso democrático dependen uno del otro. La democracia necesita libertad de expresión, reunión y prensa para funcionar. Si se elimina cualquiera de esos elementos, quedará una “democracia” solo de nombre.

La libertad de prensa es de suma importancia. Una sociedad abierta y libre que permite el trabajo de periodistas con diferentes perspectivas es algo fundamental. Los informes sobre personas que atacan e intimidan a periodistas son inaceptables. Decir a los periodistas con quienes uno no está de acuerdo que deben temer por sus vidas es una afrenta a la libertad de expresión y la libertad de prensa. Todos deberían oponerse a este tipo de intimidaciones.

La democracia también se basa en el Estado de derecho. Demasiadas personas han muerto desde el 20 de octubre. El derramamiento de sangre debe detenerse. Este es un momento para tener calma y respeto por las leyes y normas sociales que promueven la paz en este increíble país. Para facilitar nuevas elecciones y un retorno a un proceso democrático que sea libre, imparcial, creíble y transparente, el país necesita volver a la paz. La paz facilita la conversación, el diálogo y, sí, también el debate vigoroso. La democracia de Bolivia será más fuerte cuando todos los partidos y todas las comunidades participen en una conversación franca sobre el futuro.

La comunidad internacional se mantiene firme en apoyo del derecho del pueblo boliviano a la democracia como se consagra en la Carta Democrática Interamericana. Estados Unidos apoya los esfuerzos de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE), la Conferencia Episcopal Boliviana y las Naciones Unidas para apoyar la paz y los esfuerzos del Gobierno boliviano para celebrar rápidamente elecciones libres e imparciales.

La relación entre Estados Unidos y Bolivia se basa en nuestros valores democráticos compartidos. Estos valores han impulsado el comercio entre nuestras dos naciones hasta el punto en que Estados Unidos es el cuarto mayor socio comercial de Bolivia y el mayor consumidor de bienes manufacturados por manos bolivianas. Nuestros valores democráticos compartidos apuntalan las relaciones de pueblo a pueblo entre nuestros países, que incluyen cientos de jóvenes que estudian fuera de su país cada año y más de 300.000 residentes bolivianos en Estados Unidos.

Nuestros valores democráticos impulsaron nuestro trabajo conjunto para ayudar a controlar los recientes incendios forestales en la Chiquitanía, para lo cual Estados Unidos proporcionó experiencia técnica y miles de unidades de equipo contra incendios para apoyar a los valientes bolivianos que combatieron las llamas.

Bolivia y Estados Unidos son naciones democráticas, cuyos pueblos respetan la libertad de expresión y la vida humana. En estos tiempos difíciles, no importa a quién apoye políticamente, no importa dónde viva, no importa si su familia agita la tricolor o la wiphala o ambas banderas, Estados Unidos está con usted y con sus compatriotas bolivianos.

* es encargado de Negocios de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia.

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El futuro de las relaciones entre Bolivia y EEUU

La democracia es un valor fundamental que comparten nuestros dos pueblos. Juntos podemos aprender del pasado para crear un nuevo futuro para nuestros pueblos

/ 24 de noviembre de 2018 / 04:39

He estado en Bolivia por casi un año, y he conocido una gran gama de personas (emprendedores, estudiantes, políticos, trabajadores, artistas y otros) que con frecuencia me preguntan sobre el futuro de la relación de mi país con Bolivia. Hablando con ellos y buscando un entendimiento mutuo con bolivianos desde Sucre hasta Santa Cruz, desde Cochabamba hasta Copacabana, constituyen el motivo central de la Embajada de Estados Unidos de América en el país. Quiero escuchar los deseos y las preocupaciones de los bolivianos de todos los ámbitos posibles. Dos hilos conductores han aparecido en mis conversaciones. Por un lado, bolivianos y estadounidenses comparten la convicción de que el intercambio, por ejemplo entre los pueblos y los negocios, brinda beneficios a nuestras dos naciones; y, por otro lado, que la democracia es un valor fundamental que comparten nuestros dos pueblos, además de un elemento fundamental del diálogo y la gobernanza en el hemisferio.

Si bien Estados Unidos y Bolivia han tenido relaciones diplomáticas por más de 170 años, nuestra relación bilateral ha experimentado cambios sustanciales en las últimas décadas. En específico, aunque nuestra relación política ha estado tensionada los últimos 10 años, nuestras dos naciones están más unidas que nunca a través de vínculos familiares, académicos, turísticos y comerciales. Estos son vínculos de amistad, entendimiento mutuo, confianza y aprecio por las culturas de ambos países.

En la actualidad, el comercio es un elemento fundamental de nuestra relación con Bolivia en razón de la naturaleza complementaria de nuestras dos economías. En 2017, los flujos del comercio bilateral alcanzaron los $us 1.350 millones, convirtiendo a Estados Unidos en el cuarto mayor socio comercial de Bolivia. Mi país importa la más amplia variedad de productos bolivianos en comparación con cualquier país individual en el mercado extranjero. La mayor parte de las exportaciones bolivianas a Estados Unidos son manufacturas; es decir, productos que son el resultado de procesos industriales con valor agregado y que, por tanto, crean más oportunidades para los bolivianos que la exportación de recursos naturales o materias primas puras. Las importaciones que Bolivia realiza de Estados Unidos se concentran en bienes de capital e insumos para la producción. Esto tiene una doble importancia: los productos estadounidenses contribuyen en el proceso productivo de Bolivia y no crean competencia para los productos bolivianos.

Otro elemento clave, no menos importante, consiste en los contactos de persona a persona que compartimos. Actualmente, hay más de 200.000 bolivianos residentes en Estados Unidos, lo que lo convierte en el cuarto país donde hay más residentes bolivianos en el exterior, después de España, Argentina y Brasil. Es posible comer salteñas mientras uno disfruta el esplendor de los caporales en el centro de Washington D.C. Más del 80% de los bolivianos que solicitan apropiadamente visas para visitar Estados Unidos las reciben. Se estima que 15.000 ciudadanos estadounidenses viven en Bolivia, y otros 35.000 visitan este hermoso país cada año para experimentar la inmensa diversidad medioambiental, geográfica y cultural de Bolivia.

Además, aproximadamente 1.200 bolivianos estudian en universidades de Estados Unidos, lo que representa un incremento del 25% desde el 2000, mientras que más de 350 estudiantes de EEUU estudian en Bolivia cada año. Las experiencias académicas e interculturales de estos estudiantes dan por resultado nuevas ideas e iniciativas cuando regresan a sus países de origen.

Estos vínculos comerciales y de persona a persona más vigorosos han sido reforzados por una serie de cambios más amplios que actualmente están ocurriendo en nuestros dos países. Los avances de Bolivia durante los últimos 20 años son impresionantes y deben ser celebrados por todos. Por ejemplo, de 1998 a 2017 el PIB per cápita de Bolivia creció más de tres veces. El nivel de vida de los bolivianos ha aumentado, y su esperanza de vida ha subido de menos de 60 años en 1998 a casi 70 años en la actualidad. La cantidad de bolivianos que viven en la pobreza se ha reducido considerablemente; y en 2014 la Unesco declaró a Bolivia un país libre de analfabetismo, un logro muy importante para el país. Según los estándares globales, la desigualdad a lo largo de la sociedad ha caído y una clase media más grande y vibrante ha surgido en Bolivia durante la última década.

Mientras tanto, Estados Unidos ha pasado de ser un país con aproximadamente 276 millones de personas en 1998 a tener 328 millones en 2018. El número de estadounidenses que habla español como el idioma principal en casa se encuentra en su punto más alto: son un récord de 37 millones, frente a los 25 millones que lo hacían el 2000. Además, el PIB de Estados Unidos ha aumentado de $us 9 billones a una cifra estimada de $us 21 billones en 2018, creando un mercado todavía más extenso para bienes y servicios.

De manera que dada la compleja historia de nuestra relación de 170 años, y entendiendo que nuestras dos naciones están atravesando cambios y que nuestros pueblos están aumentando los vínculos entre ellos, ¿hacia dónde vamos a partir de este punto? Un asunto esencial para responder a esta pregunta es reconocer que los próximos 12 meses serán dinámicos en Bolivia. Mientras Bolivia decide acerca de sus líderes y políticas para el futuro en muchos niveles, el compromiso de mi gobierno con los elementos esenciales de nuestra relación bilateral (comercio, intercambios y vínculos de pueblo a pueblo y democracia) no cambiará.

Estados Unidos respeta el derecho soberano del pueblo boliviano a decidir su rumbo futuro. Para ser perfectamente claro, no es el papel de Estados Unidos tomar partido con respecto a ningún candidato o partido político en las elecciones en Bolivia. Esto es así porque son los bolivianos quienes deben elegir los líderes y el rumbo de Bolivia, utilizando procesos plenamente democráticos. La Carta Democrática Interamericana, que Bolivia y Estados Unidos comparten con el hemisferio, afirma que “los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos, la obligación de promoverla y defenderla”. La carta reconoce que los procesos plenamente democráticos incluyen no solo elecciones libres y justas, sino también las libertades de prensa y de asociación, el Estado de derecho aplicado de manera equitativa y justa a todos, la transparencia del sector público, en un clima donde los ciudadanos y sus representantes pueden participar en un debate vibrante y veraz, con respeto y sin amenazas.

Después de procesos electorales transparentes, justos, en los que todas las partes hayan tenido la misma oportunidad de expresar y ofrecer sus planes para el futuro de Bolivia y después que prevalezca la voluntad del pueblo, Estados Unidos estará presto a colaborar con el gobierno elegido democráticamente por los bolivianos para fortalecer nuestras relaciones con miras al beneficio mutuo de ambos países. Sobre la base de los valores y aspiraciones que compartimos, juntos podemos aprender del pasado para crear un nuevo futuro para nuestros pueblos.

* Encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia.

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