Neurosis
Este 1 de mayo la lucha nos tocó en combo: dictadura, pandemia, oportunismo, narcovínculos, corrupción, traición, etc.
La neurosis es un trastorno mental, y la persona que lo padece está angustiada por la realidad y no la acepta; entonces necesita manipularla, mentirse a sí misma a tal punto que cree en su propio engaño y se comporta neuróticamente. En Bolivia las y los racistas, tanto de derecha como de izquierda, feministas y ecologistas, intelectuales y comerciantes, vociferaron por 14 años que el gobierno «del indio» era el peor. Sus alaridos neuróticos se intensificaron, y desde el 2019 bloquearon las calles, despojando a la mayoría de la gente trabajadora de su pan cotidiano. ¡Grave! Llevamos un año y medio bloqueadas y bloqueados en nuestra economía.
En el país la mayoría somos trabajadores por cuenta propia, no somos empleados. No está mal ser trabajadora por cuenta propia, lo que está mal es que el Estado Plurinacional no haya logrado darnos seguridad social (salud, jubilación, seguro de desocupación, etc.). Bueno, caminábamos un proceso de cambio para construir otro país, se ganó una elección con el 47% de los votos que neuróticamente fue desconocida. No podían admitir, en su sano juicio, que a pesar de tanta plata que metieron, tantas difamaciones y traiciones, igual nomás se haya ganado las elecciones de 2019. Nuestro proceso de cambios fue interrumpido por un régimen autoritario, que masacró a más de 36 hermanos bolivianos.
Ciertamente la democracia es mejor que la dictadura, pero la democracia sigue siendo un instrumento manipulado por la burguesía, a través del cual ejerce su opresión. Pues cuando no les conviene, desconocen el voto, encarcelan a los vocales del Tribunal Electoral, cambian las reglas y reprimen para torcer los resultados.
¿Que teníamos? Un proceso de cambios que no caminaba con la velocidad, la claridad y la eficacia que queríamos, pero eso era lo que teníamos y fue lo mejor en más de 500 años. Nosotras luchábamos contra las manipulaciones del poder que, por muy compañeros que sean, no faltaban entre ellos; machistas, algunos corruptos, impostoras, envidiosas y demás. Los sueños se construyen, no son una donación de algún hermano o padre de la patria. Ningún gobierno va hacer revoluciones, solo los pueblos las hacen. Pero ciertamente hay gobiernos que pueden ayudar, cumpliendo con el pueblo que lo eligió.
La vulnerabilidad de nuestros cuerpos y de nuestras vidas, hoy como nunca, forman parte de nuestra cotidianeidad. Los superhéroes y las mujeres maravilla han quedado lejos de los sentimientos que hoy ocupan nuestra piel. Este 1 de mayo la lucha nos tocó en combo: dictadura, pandemia, oportunismo, narcovínculos, corrupción, traición, etc. Pero el petardo-cacerolazo fue genial. ¡No queremos gobierno dictatorial! ¡Queremos elecciones ya! ¡90 días es una eternidad! La neurosis del racismo boliviano todavía tiene a alguna gente presa de sus alucinaciones. ¡Imagínense! Dicen ser oposición del régimen actual, y que son «saca dictaduras». ¿Algo parecido a sacacorchos? Ja, ja. Neuróticos y neuróticas no tengan miedo de la realidad, el proceso de cambio al mando del pueblo, donde estamos indios e indias, construirá el Vivir bien de todos y todas (de neuras también) y de nuestra madre y hermana naturaleza.
Julieta Paredes, feminista comunitaria