Malas señales
En las últimas semanas se conocieron tres denuncias de manejos poco claros en YPFB.
Para nadie debe ser desconocido que empresas del tamaño de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) son no solo la “gallina de los huevos de oro” para el país, como la calificó alguna autoridad del gobierno depuesto en noviembre de 2019, sino también un apetecido botín por los montos de sus contratos y operaciones financieras. Hoy se sospecha de corrupción en la compañía estatal.
En las últimas semanas se conocieron tres denuncias de manejos poco claros en la petrolera que condujeron, el martes, a la circulación de un rumor en sentido de que el presidente interino había presentado su renuncia. Los bulos, si es que lo fueron, incluían la imagen de una carta con la firma del ejecutivo en la que aducía “razones personales y familiares” para alejarse del alto cargo que le fue confiado.
En horas de la tarde, el Ministro de Hidrocarburos ofreció una conferencia de prensa en la que afirmó no saber nada de la supuesta renuncia, pero anunció que la Unidad de Transparencia de YPFB había iniciado sendas auditorías internas a los casos de contratos de seguros por montos excesivos, compra de combustibles “de emergencia”, y servicio de alimentación para trabajadores de una de las plantas de la compañía a un costo inverosímil incluso para el más alejado de los campamentos petroleros.
El ministro también anunció que la mencionada unidad había presentado una denuncia ante el Ministerio Público contra funcionarios de la empresa para que se investigue la supuesta comisión de los delitos de incumplimiento de deberes, usurpación de funciones y otros. En la noche de ese mismo día, en una entrevista televisiva la autoridad evitó decir si conservaba o no la confianza en el funcionario cuestionado, señalando de manera confusa que su despacho solo intervendrá para resolver “vacíos de información” que pudieran aparecer en el proceso de investigación.
El presidente interino de la petrolera también ofreció una conferencia de prensa, en la que afirmó que su alejamiento no había sido “formal”, que continuaba al mando de YPFB por pedido de “los trabajadores”, y que sí se le “pasó por la mente renunciar”, pero que por no ser su “estilo” no llegó a materializar esta decisión. También sugirió que hay mandos medios en la compañía empeñados en hacer fracasar su gestión. De manera coincidente, el Ministro de Hidrocarburos dijo que hay interés en afectar al Gobierno transitorio a través de este tipo de denuncias de malos manejos. Se ha prometido que los resultados de las auditorías serán conocidos hasta fin de mes, tiempo en el cual las autoridades transitorias, del área hidrocarburífera o de cualquier otra, deben tomar conciencia de la importancia de preservar la transparencia de su gestión, y evitar a toda costa cualquier tentación reñida con la legalidad. No actuar de esa manera solo servirá para confirmar los prejuicios y sospechas que sobre el Gobierno interino comienzan a menudear.