Las razones equivocadas
La compra de los 170 respiradores artificiales no es el único caso que motiva tales interrogantes
Después de conocerse al menos 13 casos de corrupción, la denuncia de un escandaloso sobreprecio en la compra de 170 respiradores artificiales a una empresa española parece haber sido la piedra de toque de un problema que puede echar por tierra no solo la ambición de la Presidenta interina de ser electa en los próximos comicios, sino también la menguante legitimidad de la gestión.
Tal vez por eso la Mandataria transitoria difundió la noche del martes un enérgico mensaje pidiendo cárcel para las personas involucradas en la dolosa compra y exigiendo la devolución “hasta el último centavo” del dinero presuntamente robado. Era inevitable, sin embargo, que después de una actitud displicente con los anteriores casos de corrupción denunciados, surja la duda de si es por un verdadero compromiso con la transparencia de la gestión o para evitar un previsible daño electoral.
No es el único caso que motiva tales interrogantes. Casi coincidiendo con el escándalo de los respiradores, se supo que los jefes de la Casa Militar, instancia castrense destinada a la seguridad de la Presidencia, y otros oficiales de Policía fueron destituidos por su relación con cuestionados viajes de la hija de la Presidenta. La razón no tuvo que ver con el evidente uso ilegítimo de bienes del Estado, sino con una presunta “infidencia” de los uniformados, pues eran los únicos que podían haber tomado y circulado las fotografías que sirvieron como evidencia.
Hasta ahora, el caso de los respiradores, que ya habían sido cuestionados al saberse que no son aptos para salas de terapia intensiva, impulsó la destitución del ministro de Salud Marcelo Navajas (quien hasta el momento de escribirse este comentario seguía aprehendido en celdas de la FELCC para ser interrogado), así como la aprehensión de dos funcionarios de rango medio de esa cartera de gobierno y a otros dos consultores.
Por si la situación no hubiese sido suficientemente extraña, la Ministra de Comunicación ofreció una conferencia de prensa para denunciar que el funcionario a cargo del proceso de compra directa de los respiradores había trabajado con la última Ministra de Salud del gobierno del MAS, ofreciendo como evidencia la imagen de un meme distribuido por un diputado que milita en la coalición que llevó a la ahora Presidenta interina a la Asamblea Legislativa en 2014.
Es, pues, equivocada la razón que se emplea para demostrar mala intención del masismo y sus líderes hoy refugiados en Argentina, pero sobre todo es equivocada cuando lo que se busca no es transformar la práctica política y las malas costumbres en la gestión de la cosa pública, sino salvar la imagen de la Presidenta-candidata con miras a unos comicios que siguen sin tener fecha para su realización.