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Los aplausos que el tiempo se llevó

La noche del jueves 14 de noviembre de 2019, Martha Yujra Apaza fue ovacionada ocho veces cuando dio un discurso de casi siete minutos al ser nombrada Ministra de Culturas. Esa velada que “Bolivia recuperaba la democracia” (dijo), la chola de atuendo café y andar seguro ofreció una alocución histórica. Regaló frases memorables: “Es tiempo de las mujeres, somos las mujeres quienes tomamos las riendas de nuestro país” y “ha sido la hora de que entre la palabra de Dios al Palacio de Gobierno”. Se bajó el sombrero y besó la wiphala. Ah, también habló en aymara. Siete meses después, aquel ministerio desapareció. ¿Qué ha pasado, doña Martha?

Dicen que un requisito necesario para que exista la sombra son las luces. En el caso de doña Martha no, su gestión fue oscura. Al inicio sacó a quienes estaban en la entidad estatal, para Navidad el nuevo personal recibió frazadas con su rostro sonriente (el ministerio se apresuró en decir que los responsables eran personeros del anterior gobierno).

Una de sus primeras apariciones públicas fue la entrega de los premios de literatura. Sus oídos fueron mimados con más aplausos.

El año nuevo apareció en el calendario, pero no asomaron las buenas nuevas. El Gran Poder fue reconocido como patrimonio por la Unesco, resultó el cherry sobre una torta que durante años amasaron gestores culturales y autoridades del pasado… pero doña Martha se puso la guirnalda de un éxito que no fue suyo.

Luego hubo una colección de errores, a cual peor. Adecine, que tenía ya un financiamiento aprobado, nunca recibió el dinero acordado y la entidad está por desaparecer. El PIU, que fomentaba actividades culturales, tarda meses en pagar sus deudas. Los premios de Literatura no los canceló el Ministerio. Los premios Abaroa, que se daban en marzo, jamás fueron evaluados. ¿Dónde está ese dinero?, casi 10 millones de bolivianos.

Y, la pandemia se hizo presente para desgracia del mundo pero también hizo olvidar la gestión de esta cartera estatal, por un tiempo. Ya con el virus haciendo estragos, en diferentes confines del mundo hubo propuestas para los artistas; Yujra tuvo una participación inolvidable en la cita de la Unesco: no propuso nada.

Se convocó a algunos artistas a que presenten proyectos para ayudarlos en la pandemia… ninguna iniciativa se hizo.

Y, llegaron los víveres. Una carga con productos caducos y casi de picnic se repartió en Potosí. Yujra culpó al anterior gobierno de sabotear la entrega; la Policía y un municipio tenían otra versión.

El Gobierno acorralado, como un mal perdedor, pateó el tablero y eliminó el ministerio.

¿Es necesario un Ministerio de Culturas? Es el debate falso que nació entonces y este periodista solo quiere preguntarle a doña Martha: ¿Por qué se vistió de la Némesis del Rey Midas y todo lo que tocó acabó destrozándolo?

Erick Ortega, es periodista