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La crisis empresarial y el empleo en la pandemia

Debido a la crisis de la pandemia se prevé la caída del empleo por el cierre de algunas empresas de turismo, comercio, hotelería culinaria, restaurante, transporte y otros. Si no se da alivio económico del gobierno.

En Bolivia, de acuerdo a los reportes del Banco Interamericano de Desarrollo BID, el producto interno bruto decrecerá este año en un 6%, es decir tendremos un crecimiento negativo, solo comparable con una gran inflación de 1957.

La economía en nuestro país trabaja a medias desde octubre del año pasado, cuando empezaron los problemas por la crisis política que vivimos. No bien salíamos de estos problemas llegó la pandemia que nos tiene paralizados en más de tres meses.

En el país, como en casi todo el mundo, vivimos tiempos de pandemia que están generando problemas económicos y de salud. Esto nos obliga a pensar en grandes cambios tecnológicos y no sabemos aún cómo terminará esta crisis económica.

Se estima que vivimos un nuevo orden económico o será un cambio de era con la aplicación en tecnología de la economía 4.0. La revolución del talento y la nueva revolución industrial.

Debido a la pandemia, Bolivia y el mundo enfrentan una recesión. Las economías más grandes del mundo, Europa, China y EE.UU. tendrán un crecimiento negativo.

La crisis se acentúa por la baja de los precios del petróleo, gas y commodities, el petróleo en el presente año tuvo precios negativos.

Brasil sube demanda de gas luego de reducción de abril y mayo.

La inversión pública nacional será menor, la demanda de bienes y servicios decaerán porque el ciudadano busca el ahorrar antes que gastar. Se prevee una caída del empleo.

Frente a este panorama es importante buscar la reactivación económica del país y aplicando una inyección de liquidez, tanto a la oferta como a la demanda. Los empresarios consideran que se necesitan recursos, aproximadamente el 10% del PIB. Estos recursos deben ser invertidos en el sector productivo como minería, construcción producción, agropecuaria y seguridad alimentaria. Así se preservará el aparato productivo, el empleo y el sistema financiero.

Para llevar adelante un programa de inversiones tanto del sector público como privado, se debe buscar financiamiento bilateral y multilateral. El PGN prevé la emisión de bonos por 1.500 millones de dólares. Además se necesitará buscar la reprogramación de la deuda con otros países. Así como organismos bilaterales.

En lo laboral se propuso vacaciones colectivas, la pausa laboral, renegociación de contratos laborales así como la modernización del esquema laboral. 

En lo tributario ha planteado la eliminación del impuesto a las transacciones; disminución del IVA del 13 al 10% y permitir el descargo del IVA sin restricciones en todos los rubros. Eliminar el mantenimiento de informes para la renta de 10 a 4 años.

Es importante fomentar el consumo del producto Hecho en Bolivia con una proporción adecuada.

Es en este escenario, cuando el concepto de “agilidad” se torna en el más importante para la organización de las empresas. La agilidad es la capacidad que tiene una organización para renovarse, adaptarse y reconocer rápidamente las oportunidades que se presentan, mejorando su efectividad y productividad en todos los ámbitos y situaciones.

Tanto las empresas comerciales, como las proveedoras y los consumidores están en una etapa de transformación y adaptación para seguir operando en un mundo postcoronavirus que nos obliga a repensar nuevos paradigmas, adecuados a la nueva realidad que empezamos a vivir.

La llegada del coronavirus ha cambiado el comportamiento de los consumidores. Todos deben tener la capacidad necesaria para adaptarse y transformarse, y de esa forma sobrevivir a esta crisis con digitalización y la Economía 4.0 del Talento.

Rolando Kempff Bacigalupo es economista, empresario y ahora Presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Ph.D. y miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.