Una nueva normalidad
Estas medidas están contribuyendo a reducir la presión sobre los sistemas naturales y nos dan un vistazo de cómo podría ser un medio con menos emisiones de carbono y aire más limpio.
La pandemia del COVID-19 nos ha forzado a adaptar rápidamente nuestras rutinas. En el camino, cambios que se pensaba que requerían de mucho tiempo e inversión para implementarse se están dando en pocas semanas. Como resultado de la cuarentena se está haciendo un mayor uso de la tecnología para poder trabajar y estudiar a distancia. En algunos temas, se ve un aumento de la accesibilidad al conocimiento mediante el incremento de seminarios y conferencias en línea gratuitos, en los que ahora pueden participar más personas, que además pueden conectarse desde distintas ciudades y provincias sin gastos de traslado. Con la reducción de los desplazamientos en motorizados, se está reduciendo la contaminación.
También, se ha tenido que privilegiar la producción local para garantizar la provisión de alimentos, reduciendo las distancias desde donde vienen para evitar la expansión del virus. En algún grado, el consumo local activa la economía local, disminuye los costos de transporte, apoya emprendimientos locales y la agricultura familiar, y reduce el consumo de combustible y la contaminación asociada; todos aspectos que necesitamos para enfrentar la crisis actual.
En vista de la restricción del uso de transporte tanto público como privado, se ha visto un incremento del uso de la bicicleta. Este medio de transporte permite que la población salga a abastecerse y además se genera trabajo para quienes proveen servicio de mantenimiento. Los gobiernos municipales de varias ciudades del país están incentivando su uso, ya que permite desplazarse manteniendo el distanciamiento social y reduciendo la exposición al virus.
En Sucre se ha iniciado el trazado de una red de 36 kilómetros. En La Paz se están estableciendo cinco circuitos alrededor de la ciudad. En Cochabamba, donde ya tenían un recorrido de 25 km, se estudia cómo mejorarlo para atender las necesidades de los ciclistas. En Santa Cruz se está trabajando para establecer 69 km de ciclovías temporales. Además de los beneficios para la salud física y mental, la bicicleta es un medio de transporte económico y amigable con el medio ambiente.
Indirectamente, estas medidas están contribuyendo a reducir la presión sobre los sistemas naturales y nos dan un vistazo de cómo podría ser un medio con menos emisiones de carbono y aire más limpio. Estos y otros cambios que hemos tenido que realizar pueden ser temporales, o podemos incorporarlos a una nueva normalidad. Podemos elegir aprender de cómo estamos enfrentando esta crisis y juntos reconstruir una sociedad más saludable, más sostenible, más humana.
Ruth Delgado, gerente de Proyecto
Fundación Amigos de la Naturaleza