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Guardianes de la Amazonía

Cada vez existe más preocupación acerca de lo que está ocurriendo en la Amazonía, especialmente con la situación de los pueblos indígenas en este tiempo de pandemia que estamos viviendo. La deforestación, los incendios forestales, la pérdida de biodiversidad y ahora se suma el COVID-19, que amenaza la vida de cerca de 400 pueblos indígenas que habitan la Amazonía.

Si bien los científicos no pueden predecir cuándo un ecosistema se acerca a un punto de inflexión, ni cómo reconocer la certeza que se ha alcanzado, muchos advierten que la Amazonía se está acercando al punto de no retorno, a causa de lo que ocurre con la pérdida de cobertura forestal e incendios forestales, donde los pueblos indígenas son los más vulnerables.

Datos recientes de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), en el marco de la Iniciativa MapBiomas Amazonía, indican que la Panamazonía, un área que cubre desde los Andes pasando por la planicie amazónica y llegando hasta las transiciones con Cerrado y Pantanal, a pesar de mantener 83,4% de cobertura vegetal natural, perdió 72,4 millones de hectáreas (un área próxima al territorio de Chile) entre 1985 y 2018. Aparte, durante este periodo hubo un crecimiento de 137% en área de agricultura y ganadería.

Los mismos datos dan cuenta que los territorios indígenas juegan un rol fundamental en la conservación de los bosques de la Amazonía, ya que en términos de extensión cubren un 28% de la Panamazonía y, a la par, albergan un 33% de la cobertura forestal actual. Si bien en estos 34 años de análisis también han sufrido tranformaciones, ya que se han perdido 2,1 millones de hectáreas (ha) de bosques y la superficie destinada a agricultura y pecuaria ha aumentado en 1,8 millones de ha, ello significa tan solo un 3% de la pérdida total de cobertura forestal de la Panamazonía, resaltando el rol que los pueblos indígenas llevan a cabo secularmente como guardianes de la Amazonía.

A pesar de su importancia reconocida y de los logros alcanzados en el ámbito internacional, aún debemos estar pendientes de su inclusión en las políticas públicas y la gestión del desarrollo de nuestros países. Las políticas públicas, en concordancia con la visión de desarrollo que los países amazónicos están llevando adelante en la actualidad, nuevamente tienden a invisibilizar a los pueblos indígenas y sus derechos a la tenencia de la tierra, sobre todo frente la reactivacioń de una serie de intereses mineros, de hidrocarburos y agroindustriales en la región.

La pandemia ha revelado la situación de vulnerabilidad de los pueblos indígenas y hoy se hace urgente unirnos a las voces de sus portavoces que exigen que los oyamos, y juntos demandemos que las políticas de reactivación pospandemia respeten a la naturaleza y sus pueblos, reconociendo la sabiduría ancestral e intercultural de los pueblos indígenas como guardianes de la Amazonía.

Natalia Calderón es directora ejecutiva de la Fundación Amigos de la Naturaleza