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Manifiesto ciudadano

Circula por las redes un documento con el título de Manifiesto ciudadano por la defensa de los recursos naturales, la democracia y la vida, respaldado por un grupo de ciudadanos deseosos de expresar su compromiso con el proceso de cambio en Bolivia. Es un manifiesto que recoge las inquietudes de personas de diversos sectores representativos de nuestra realidad nacional y que efectúa un examen razonado de los sucesos de octubre y noviembre de 2019; analiza la actual coyuntura y desgrana, al final, algunas propuestas programáticas dirigidas al próximo gobierno constitucional que salga de las urnas en la próxima justa electoral. Por su interés, hemos querido hacer una breve reseña.

Comienza el documento, como no podía ser de otra manera, mencionando algunas de las causas que dieron lugar al golpe de Estado que entronizó al actual “gobierno transitorio”. Alude a la ya conocida injerencia del imperio norteamericano, que más allá de toda duda, vuelve a erigirse en el principal protagonista del rompimiento del orden democrático en una nación soberana como Bolivia, esto a pesar de su insustancial y permanente cháchara en “defensa” de la democracia en el mundo. Tal parece que para los Estados Unidos la democracia solo es buena cuando sirve a sus intereses. Como ya viene siendo un clásico, la intromisión americana estuvo respaldada eficazmente por ese ente burocrático-ideológico, llamado Organización de Estados Americanos (OEA).

Otra causa es la conocida y repetitiva connivencia de los actores internos: de una parte las clases privilegiadas de mentalidad racista, clasista y excluyente, que no entienden que nuestra diversidad cultural, lejos de ser un estorbo o un problema, es nuestra principal riqueza; y de otra, las fuerzas militarizadas, Policía y Fuerzas Armadas que, por enésima vez, alejadas de su rol constitucional, vuelven a representar un factor de inestabilidad. 

En la parte crítica a la gestión del gobierno anterior se señala su incapacidad para abrirse a sectores de la población que no fueron convocados a la construcción de esa nueva Bolivia que se proponía, y al mismo tiempo concitar su apoyo. Lejos de ello se profundizó la división entre bolivianos. Se mencionan algunos incumplimientos de principios recogidos en el programa del MAS, pero olvidados en la práctica, como la defensa de los derechos de la Madre Tierra o el débil proceso de descolonización del Estado. También se alude, de manera especial, al desconocimiento del referendo del 21 de febrero de 2016 (21F). A decir de los autores, este último hecho, erosionó las bases mismas del proceso de cambio al ir “frontalmente contra su pilar fundacional: la Constitución Política del Estado Plurinacional” y consideran exigible una autocrítica de los principales actores.

En cuanto al éxito del proceso, se menciona una serie de indudables logros del proceso de cambio, reconocidos de manera unánime por los organismos financieros del mundo, organismos multinacionales y la propia comunidad internacional. Queda para el análisis la pregunta de por qué esta espectacular mejora de las condiciones sociales y económicas del país no tuvo su correlato en un apoyo más decidido y mayoritario por parte de la población en su conjunto.

En cuanto a las propuestas se citan brevemente cinco puntos: 1) Lucha conjunta contra la pandemia del COVID-19, 2) Defensa intransigente de las empresas estratégicas estatales y de los recursos naturales del país, 3) Soberanía de la economía boliviana sin injerencias de organismos internacionales que condicionen y direcciones la economía del país a favor de intereses foráneos, 4) Lucha frontal contra la corrupción presente y pasada, 5) Lucha frontal contra la violencia hacia las mujeres.

En relación a las elecciones venideras, dicen los autores: “Está claro que en las próximas elecciones se va a jugar algo más que el gobierno de un determinado partido político; se va a jugar la posibilidad de continuar la construcción de una patria soberana o, por el contrario, la de habilitar a los intermediarios del gran capital para que afanosamente abran nuestro país a la voracidad de las transnacionales.”

Los ciudadanos tienen la palabra.

Alfonso Bilbao Liseca es médico anestesiólogo.