El futuro de las relaciones entre Bolivia y EEUU
La democracia es un valor fundamental que comparten nuestros dos pueblos. Juntos podemos aprender del pasado para crear un nuevo futuro para nuestros pueblos
He estado en Bolivia por casi un año, y he conocido una gran gama de personas (emprendedores, estudiantes, políticos, trabajadores, artistas y otros) que con frecuencia me preguntan sobre el futuro de la relación de mi país con Bolivia. Hablando con ellos y buscando un entendimiento mutuo con bolivianos desde Sucre hasta Santa Cruz, desde Cochabamba hasta Copacabana, constituyen el motivo central de la Embajada de Estados Unidos de América en el país. Quiero escuchar los deseos y las preocupaciones de los bolivianos de todos los ámbitos posibles. Dos hilos conductores han aparecido en mis conversaciones. Por un lado, bolivianos y estadounidenses comparten la convicción de que el intercambio, por ejemplo entre los pueblos y los negocios, brinda beneficios a nuestras dos naciones; y, por otro lado, que la democracia es un valor fundamental que comparten nuestros dos pueblos, además de un elemento fundamental del diálogo y la gobernanza en el hemisferio.
Si bien Estados Unidos y Bolivia han tenido relaciones diplomáticas por más de 170 años, nuestra relación bilateral ha experimentado cambios sustanciales en las últimas décadas. En específico, aunque nuestra relación política ha estado tensionada los últimos 10 años, nuestras dos naciones están más unidas que nunca a través de vínculos familiares, académicos, turísticos y comerciales. Estos son vínculos de amistad, entendimiento mutuo, confianza y aprecio por las culturas de ambos países.
En la actualidad, el comercio es un elemento fundamental de nuestra relación con Bolivia en razón de la naturaleza complementaria de nuestras dos economías. En 2017, los flujos del comercio bilateral alcanzaron los $us 1.350 millones, convirtiendo a Estados Unidos en el cuarto mayor socio comercial de Bolivia. Mi país importa la más amplia variedad de productos bolivianos en comparación con cualquier país individual en el mercado extranjero. La mayor parte de las exportaciones bolivianas a Estados Unidos son manufacturas; es decir, productos que son el resultado de procesos industriales con valor agregado y que, por tanto, crean más oportunidades para los bolivianos que la exportación de recursos naturales o materias primas puras. Las importaciones que Bolivia realiza de Estados Unidos se concentran en bienes de capital e insumos para la producción. Esto tiene una doble importancia: los productos estadounidenses contribuyen en el proceso productivo de Bolivia y no crean competencia para los productos bolivianos.
Otro elemento clave, no menos importante, consiste en los contactos de persona a persona que compartimos. Actualmente, hay más de 200.000 bolivianos residentes en Estados Unidos, lo que lo convierte en el cuarto país donde hay más residentes bolivianos en el exterior, después de España, Argentina y Brasil. Es posible comer salteñas mientras uno disfruta el esplendor de los caporales en el centro de Washington D.C. Más del 80% de los bolivianos que solicitan apropiadamente visas para visitar Estados Unidos las reciben. Se estima que 15.000 ciudadanos estadounidenses viven en Bolivia, y otros 35.000 visitan este hermoso país cada año para experimentar la inmensa diversidad medioambiental, geográfica y cultural de Bolivia.
Además, aproximadamente 1.200 bolivianos estudian en universidades de Estados Unidos, lo que representa un incremento del 25% desde el 2000, mientras que más de 350 estudiantes de EEUU estudian en Bolivia cada año. Las experiencias académicas e interculturales de estos estudiantes dan por resultado nuevas ideas e iniciativas cuando regresan a sus países de origen.
Estos vínculos comerciales y de persona a persona más vigorosos han sido reforzados por una serie de cambios más amplios que actualmente están ocurriendo en nuestros dos países. Los avances de Bolivia durante los últimos 20 años son impresionantes y deben ser celebrados por todos. Por ejemplo, de 1998 a 2017 el PIB per cápita de Bolivia creció más de tres veces. El nivel de vida de los bolivianos ha aumentado, y su esperanza de vida ha subido de menos de 60 años en 1998 a casi 70 años en la actualidad. La cantidad de bolivianos que viven en la pobreza se ha reducido considerablemente; y en 2014 la Unesco declaró a Bolivia un país libre de analfabetismo, un logro muy importante para el país. Según los estándares globales, la desigualdad a lo largo de la sociedad ha caído y una clase media más grande y vibrante ha surgido en Bolivia durante la última década.
Mientras tanto, Estados Unidos ha pasado de ser un país con aproximadamente 276 millones de personas en 1998 a tener 328 millones en 2018. El número de estadounidenses que habla español como el idioma principal en casa se encuentra en su punto más alto: son un récord de 37 millones, frente a los 25 millones que lo hacían el 2000. Además, el PIB de Estados Unidos ha aumentado de $us 9 billones a una cifra estimada de $us 21 billones en 2018, creando un mercado todavía más extenso para bienes y servicios.
De manera que dada la compleja historia de nuestra relación de 170 años, y entendiendo que nuestras dos naciones están atravesando cambios y que nuestros pueblos están aumentando los vínculos entre ellos, ¿hacia dónde vamos a partir de este punto? Un asunto esencial para responder a esta pregunta es reconocer que los próximos 12 meses serán dinámicos en Bolivia. Mientras Bolivia decide acerca de sus líderes y políticas para el futuro en muchos niveles, el compromiso de mi gobierno con los elementos esenciales de nuestra relación bilateral (comercio, intercambios y vínculos de pueblo a pueblo y democracia) no cambiará.
Estados Unidos respeta el derecho soberano del pueblo boliviano a decidir su rumbo futuro. Para ser perfectamente claro, no es el papel de Estados Unidos tomar partido con respecto a ningún candidato o partido político en las elecciones en Bolivia. Esto es así porque son los bolivianos quienes deben elegir los líderes y el rumbo de Bolivia, utilizando procesos plenamente democráticos. La Carta Democrática Interamericana, que Bolivia y Estados Unidos comparten con el hemisferio, afirma que “los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos, la obligación de promoverla y defenderla”. La carta reconoce que los procesos plenamente democráticos incluyen no solo elecciones libres y justas, sino también las libertades de prensa y de asociación, el Estado de derecho aplicado de manera equitativa y justa a todos, la transparencia del sector público, en un clima donde los ciudadanos y sus representantes pueden participar en un debate vibrante y veraz, con respeto y sin amenazas.
Después de procesos electorales transparentes, justos, en los que todas las partes hayan tenido la misma oportunidad de expresar y ofrecer sus planes para el futuro de Bolivia y después que prevalezca la voluntad del pueblo, Estados Unidos estará presto a colaborar con el gobierno elegido democráticamente por los bolivianos para fortalecer nuestras relaciones con miras al beneficio mutuo de ambos países. Sobre la base de los valores y aspiraciones que compartimos, juntos podemos aprender del pasado para crear un nuevo futuro para nuestros pueblos.
* Encargado de negocios de la Embajada de Estados Unidos en Bolivia.