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¿Y la despatriarcalización?

Las mujeres somos la mitad de la humanidad, nuestra existencia marca la presencia de ésta, es como el mirar de un cuerpo que está marcado por dos ojos: uno el de las mujeres, otro el de los hombres. En porcentajes llegamos a ser —dependiendo de los territorios— un poco más del 50%. El camino de la participación de las mujeres en todos los aspectos de la vida es evidente, pero a pesar de lo evidente y comprobable a una simple inspección, las mujeres hemos tenido permanentemente que justificar nuestra presencia. Porque simplemente: no nos ven.

Y no hablo solo de nuestros compañeros hombres.

No quiero hablar de las mujeres en general, porque las mujeres no somos iguales, existe entre nosotras opresiones, explotaciones, racismo y discriminación.

Las mujeres fascistas, racistas y de derecha no tienen el menor reparo de golpear, insultar, escupir y hasta matar a mujeres del pueblo.

El proceso de cambios políticos históricos del pueblo boliviano —en estos 14 años— ha logrado posicionar a diversas organizaciones y movimientos sociales de mujeres con propuestas, como el Feminismo Comunitario de Abya Yala y la Alianza de Mujeres por la Revolución Democrática y Cultural, de la cual el Feminismo Comunitario es parte. Posicionar los cuerpos, las opiniones y propuestas sobre cómo administrar el gobierno y cómo esas tareas deberían aportar a la construcción del Vivir Bien en nuestro territorio de Bolivia, fue una tarea permanente de apoyo, defensa, crítica y autocrítica, pero siempre construyendo; porque este proceso es nuestro, me refiero a que es del pueblo.

En la propuesta del Feminismo Comunitario, la Despatriarcalización fue motivo de discusión en los grupos de trabajo de la Asamblea Constituyente (2006-2008), pero las ONG feministas y de mujeres, manejando dinero de las financiadoras internacionales, impusieron el discurso neoliberal, de la equidad e igualdad de género.

Pero no nos rendimos, continuamos disputando el territorio de las palabras y finalmente logramos posicionar la Despatriarcalizacion, no como una continuación de las tecnócratas de género, sino como otra concepción descolonizadora, de la política pública desde las mujeres, que la llamamos Despatriarcalizacion.

Pero claro, era reciente, en marzo de 2009 se logró abrir un mínimo espacio en el Gobierno, espacio que sin recursos, y con el poco interés del Ministerio de Economía, empezaba a pararse. Hoy ni qué hablar, no pasa absolutamente nada. En este régimen golpista es una desgracia. Al contrario de lo que hicimos, la práctica política de las mujeres de derecha —las “pititas”— es completamente servil a las órdenes de los patriarcas del imperio y de los machitos de las logias locales.

Como mujeres del proceso de cambio revolucionario tampoco vemos, ni oímos, ni leemos nada de la Despatriarcalizacion en las propuestas de nuestros y nuestras candidatas, la mayoría ni hablan, y por ahí alguno lo maneja como cliché, pero de propuestas efectivas desde la despatriarcalizacion, no hay nada.

*Es feminista comunitaria