Votar para fortalecer la democracia
Faltando pocos días para las elecciones generales, Bolivia se prepara para un evento histórico en el que se pondrá a prueba la capacidad del sistema político de superar la conflictividad y la polarización política, dirimiendo las diferencias mediante el voto.
Uno de los pensadores más destacados de la ciencia política latinoamericana, Guillermo O’Donnell, esbozó en su extensa obra un análisis esencial sobre las relaciones entre el Estado, la democracia y la ciudadanía. Planteó que las elecciones deben ser limpias, competitivas, libres, igualitarias, decisivas, inclusivas e institucionalizadas— y que para que ello suceda, deben existir condiciones subyacentes, como ciertas libertades relacionadas con las elecciones, tales como las de expresión, asociación, participación e información, que el Estado debe garantizar.
Para las democracias latinoamericanas persisten desafíos, que no son ajenos a Bolivia, vinculados, por ejemplo, con una brecha creciente entre las nuevas demandas y expectativas que acompañan la expansión de clases medias, y un sistema político con aparatos estatales de capacidad reducida. Abordar este desafío supone priorizar reformas institucionales que extiendan la participación, mediante consultas ciudadanas y centralidad del voto, y que fortalezcan la fiscalización y la transparencia. Son requisitos básicos para afirmar la democracia representativa y para responder a demandas por derechos políticos y protección ante la vulnerabilidad.
Frente a estos desafíos, Bolivia se ha preparado en forma bajo el liderazgo técnico del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y los Tribunales Electorales Departamentales (TED), en colaboración con múltiples actores, para llevar adelante un proceso electoral de este tenor.
Existen elementos que denotan una preparación sólida por parte de la autoridad electoral: la presentación oficial del Padrón Electoral Biométrico, la capacitación de notarios y notarias, el sorteo y capacitación de las y los jurados electorales, la aprobación y divulgación de los protocolos de bioseguridad, las pruebas técnicas de los sistemas de sistematización y transmisión de resultados. La transparencia y provisión de información sobre la realización de estos procesos demuestran que el TSE y los TED cumplen de manera oportuna con el calendario electoral aprobado con equidad, calidad técnica y legitimidad.
Asimismo, existe información clara y transparente sobre la transmisión de resultados, un eje central para la transparencia del proceso. Se utilizarán dos mecanismos: el Direpre, que habilita la transmisión de fotografías de las actas desde cada recinto de votación y alimentan un centro de datos del TSE, brindando una aproximación de resultados informativa y no vinculante. El segundo mecanismo, el cómputo oficial, brindará los datos oficiales y definitivos: se inicia con el traslado de las actas físicas a los centros de cómputo, operados por las salas plenas de los TED, cuya revisión física alimenta el sistema de cómputo electoral.
Ya en días pasados, en un comunicado conjunto, la Conferencia Episcopal, la Unión Europea y las Naciones Unidas hacíamos una declaración de apoyo al TSE y los TED por el convencimiento que tenemos del rigor técnico, la transparencia y la imparcialidad con la que han manejado el proceso y hacíamos un llamado a una jornada electoral en paz, destacando los avances en la institucionalidad democrática, y alertando sobre los riesgos de un clima de confrontación política que no contribuye a solucionar los retos de la democracia boliviana.
Hoy, más que nunca, es clave que cada actor contribuya, de manera responsable, a unas elecciones en paz. El respeto por parte de todas las organizaciones políticas y de las y los bolivianos por los resultados electorales, certificados por el TSE, es fundamental para dar un paso más en el proceso de reconstrucción democrática. La posesión de las nuevas autoridades y el respeto por los perdedores y las minorías abrirán el camino a una institucionalidad y una Bolivia en paz.
Luciana Mermet es representante resiente del PNUD en Bolivia.