Salvar a los niños
¿Por qué un padre golpea a unas bebés de cinco meses hasta fracturarles las piernas o los brazos? ¿Por qué una niña es castigada por su madre hasta causarle la muerte? ¿Por qué un niño de nueve años llega al hospital con signos de maltrato en todo su cuerpo y marcas visibles de un intento de ahorcamiento? Todos estos niños fueron torturados dentro de sus hogares por las personas que debían cuidarlos y amarlos como naturalmente se ama a los chiquitos. Estos niños son solo los que se hicieron visibles, son de los que se registraron moretones, fracturas, cortes, quemaduras provocadas. De otros solo quedó la evidencia de la bolsa negra botada en un basurero o la fotografía en los recibos de luz buscando a los padres que los abandonaron.
¿Qué hace que los adultos responsables de esos bebés, de esos niños actúen con tanta saña, con tanta violencia, con tanto descontrol? Indudablemente la mayoría de ellos sufrieron las mismas agresiones, los mismos insultos, los mismos castigos, también a ellos les dijeron que las palizas son por su bien, que los pellizcos los agradecerían cuando sean grandes. Cuando crecieron ¿terminaron agradeciendo que los hayan convertido en agresores, torturadores, infanticidas? Para lastimar a un niño como reportan los miles de datos, solo del Hospital del Niño de La Paz, se tienen que haber sobrepasado los límites de humanidad.
¿Qué hacer, cómo cambiar esta situación? ¿Cómo dejar de ser tan inútiles en parar algo que nos sobrecoge, que nos duele tan profundamente? En los organismos internacionales como UNICEF o la OMS hay recomendaciones para prevenir el maltrato infantil y en algunos países han implementado políticas públicas que van en ese mismo sentido. Todos comienzan por la normativa y en ella se abunda en la prevención del embarazo adolescente o el embarazo no deseado y tienen razón cuando uno ve las estadísticas y encuentra que los padres de las víctimas son muy jóvenes, con problemas económicos y sin perspectivas de mejorar su situación.
La normativa está bien, la intervención de los ministerios de Educación, Salud, Justicia, de las Defensorías están bien, ninguna de esas instancias ni las políticas que aplican deben ser excluidas, todo lo contrario, deberían ser reforzadas. Pero hay un sector que debe jugar un papel más importante y contar con más implementos, es el de la sociedad civil, los vecinos, los grupos de padres, los adultos mayores dispuestos a ayudar. Es decir una especie de voluntariado asistido y capacitado por los municipios para enseñar, y auxiliar a los nuevos padres, acompañar en la crianza de los niños, observar cuando una madre está sobrepasada de trabajo, angustiada por sus carencias. Hay que salvar a los niños de los abusos, los maltratos y la muerte.
Lucía Sauma es periodista.