Paquete navideño, ¿medidas acertadas?

Vamos finalizando uno de los años más complejos de nuestra historia, no solo por la pandemia, sino porque Bolivia venía atravesando una de las etapas económicas y políticas más críticas, gracias a intereses personales de quienes lograron tomar el mando del país en un gobierno de facto, prorrogándose en el mandato valiéndose de un sinfín de artimañas, dejando varios y serios problemas por resolver.
Sin lugar a dudas, Bolivia necesita ser reencaminada, partiendo por la reactivación económica que es uno de los elementos más importantes, además de un compromiso que asumió el presidente Luis Arce después de un triunfo arrasador en las urnas; es así que se viene gestionando un paquete de medidas, que sin duda ha llamado la atención de más de uno, generando comentarios errados y malintencionados recientemente publicados en prensa; al respecto, es importante tener claridad en ciertos temas para saber si son o no medidas acertadas.
Hablando particularmente de la reactivación, basados en la teoría económica, ésta requiere de la implementación de medidas de política económica que pueden ser de corto, mediano y/o largo plazo, si bien la reconstrucción del país pasa por resolver temas de índole estructural como el desempleo, déficit fiscal, generación de ingresos entre otros; en un momento de crisis como el que actualmente viven las familias bolivianas, la entrega del Bono contra el Hambre definitivamente no resuelve el problema en el mediano y largo plazo, pero sí permite paliar al momento la difícil situación por la que atraviesan; evidentemente esta medida no impide que se puedan establecer otras medidas de mediano y largo plazo orientadas a resolver el problema mayor.
Por otro lado, se menciona que se insta a la población a consumir producción boliviana con la idea errónea de que el consumo de bienes producidos en el país solo solventaría empresas no competitivas bajo la protección del Estado; sin embargo, es preciso recordar que no todas las empresas nacionales dependen del Estado y que existen muchos emprendimientos que necesitan ser apoyados para consolidar el empleo y la competitividad de nuestros productos.
Es importante recordar las bases establecidas en el Modelo Económico Social Comunitario Productivo, que hasta 2019 posicionó a Bolivia entre las mejores economías, incentivando la demanda interna para la generación de excedentes y su posterior redistribución; asimismo, es bien sabido que el Estado debe generar recursos para cumplir sus fines y, según la teoría económica, la principal fuente de ingresos son los impuestos; desde esa perspectiva, las medidas tributarias propuestas están orientadas a la generación de ingresos para la consecución de objetivos de mediano y largo plazo.
En particular, las críticas vertidas al Impuesto a las Grandes Fortunas son desacertadas al señalar que se afectará negativamente al ahorro y a la inversión, pues la base imponible de dicho impuesto corresponde a la acumulación de activos de uso personal y bienes suntuarios, que en la mayoría de los casos constituyen ahorros improductivos para el resto de la sociedad; desde el punto de vista teórico y con base en análisis empíricos (Seim, 2017; Jakobsen et al., 2018) se demostró que impuestos de esta naturaleza no tienen efectos sobre los ahorros; por tanto, la efectividad de la medida en términos de recaudación podría resultar altamente beneficiosa.
Finalmente, en lo referente a las críticas vertidas al Reintegro del Impuesto al Valor Agregado (IVA), es bueno aclarar que si bien el IVA es trasladado a los consumidores, el reintegro saldrá de los pagos efectuados por dichos agentes, que mensualmente son empozados al fisco por los agentes de retención, dicho reintegro no afectará el mecanismo actual del impuesto; al contrario, lo que se busca es formalizar la actividad económica en su conjunto a través de la solicitud de facturas de quienes quieran hacerse beneficiaros de la medida, específicamente como un alivio del impuesto a aquellas personas de ingresos bajos que actualmente pagan el IVA en cada compra, pues a través del reintegro, éstas dispondrán de efectivo que volverán a introducir al mercado a través de nuevas compras, dinamizando así la economía vía demanda interna.
En síntesis, el “paquete navideño” de medidas busca la reactivación económica partiendo de alivios de corto plazo y la generación de recursos orientados a dinamizar y reactivar la economía, con un fin común: el bienestar de los bolivianos en fechas tan importantes para las familias, como las que se aproximan.
Lilian Loayza Ojeda es economista.