Cristo golpista

Qué lejos del niño Manuelito está esa Biblia entrando al Palacio en manos de golpistas masacradores. Qué lejos están los y las golpistas de esta criatura que nace en un humilde pesebre en medio de la naturaleza, con gente del pueblo admirando la energía esperanzadora de su llegada. Qué lejos está la figura grotesca del golpismo de los 21 días, entrando con la Biblia por delante a un “palacio” habilitado para el espectáculo de los rosarios, adornando sus manos manchadas con la sangre de las masacres de Senkata, Huayllani, Ovejuyo.
Las oraciones de rodillas, los golpes de pecho, los ojos al cielo y no faltaron las lágrimas de cocodrilo. Asistimos por la tele, con asombro, miedo y rabia a un espectáculo de hipócritas; “sepulcros blanqueados” les dirá el mismo Jesús luego, cuando ya de joven predicaba contra una iglesia al servicio de los poderes dominantes y opresores del pueblo.
El niño Manuelito resiste al Papá Noel del capitalismo y todavía en nuestras casas suenan los villancicos en su honor y no van a faltar los bailes alrededor del nacimiento armado en nuestras casas, donde nos tomamos de las manos en familia para celebrar las esperanzas de la lucha de nuestros pueblos que vuelve a nacer.
La versión del Cristo golpista está presente en nuestra sociedad, ese cristianismo de hombres y mujeres que se sienten por encima del pueblo, pues dicen tener la “verdad”, se creen puros y puras, capaces de dar lecciones de moral incluso a quienes no se lo solicitamos. Esa gente cristiana de todas las iglesias, sectas y ONG de las iglesias, incapaces de construir con nadie que no garantice sus ganancias, sus doctrinas, sus dogmas. Gente que da miedo porque sabe usar y manipular la fe de la gente.
Es supuestamente el mismo este Manuelito de la Navidad que aquel Cristo de la Biblia de los y las golpistas, pero no lo es. Hay un Jesús de los y las empobrecidas por el capitalismo, ese Jesús obrero del padre Luis Espinal. Ese Jesús que hoy está proscrito de las misas y los altares, espacios que le sirven a la derecha golpista, racista y misógina. Hay un Cristo golpista, es en el que creen y al que adoran las y los golpistas, que juran ser angelitos. Es el Cristo golpista que seguramente recibirá los honores de militares y policías. Es el Cristo de quienes asistirán a la misa de gallo y cultos afines, donde pedirán vehementemente que los masistas se maten entre ellos y pedirán con todo su corazón que el proceso de cambios revolucionario no ubique a las y los infiltrados y oportunistas, para que el Gobierno del pueblo fracase.
Nosotras y nosotros con nuestras familias estaremos cantando y bailando villancicos con un niño Manuelito que nos da esperanza y al que queremos cuidar en nuestros corazones, porque luchar contra los poderes no será fácil; sabemos que este Niñito nació para morir crucificado, ya no queremos crucifixiones, ni masacres, ni golpes, queremos Vivir Bien con toda la humanidad y la humanidad con la madre y hermana naturaleza. ¡¡ Jallalla Manuelito!!
Julieta Paredes Carvajal es feminista comunitaria