Barrenechea, un legado múltiple a ser valorado
Che: Revolución absoluta’ viene a ser un testamento político en clave poética de este incansable luchador
Hace ya bastante tiempo decidí no escribir semblanzas sobre las personas amigas que, saliendo de la sala de preembarque en la que nos hallamos, emprenden el viaje definitivo. Asomaba el riesgo de convertirme en el escribidor oficial de obituarios de una generación que está en vías de extinción natural. No retrocederé en esta ocasión por el reciente y sorpresivo deceso de mi entrañable camarada y amigo: Ramiro Barrenechea Zambrana. Más aún si ya en 2010 escribí una suerte de perfil humano sobre él y su obra, como prólogo de uno de sus libros (Dos alas de un mismo vuelo, Santa Cruz, 2010. Prólogo: Historia y Literatura reconciliadas, CSG). Añadiremos solamente unas pinceladas sobre sus últimas publicaciones, posteriores a la fecha indicada, y recogeremos al vuelo de las redes sociales expresiones de personas que lo conocieron.
Confirmando sus talentos para la poesía y la política (sus dos alas), Barrenechea dejó en esta última década: Cantares de Gesta: Poesía revolucionaria de Bolivia. Antología (La Paz, 2015, ¡534 páginas!) y Ardientes profetas de la aurora: Poesía escrita por grandes líderes-comandantes de la Revolución. (Santa Cruz, s/f, 2017 ¿?).
Y desde el ámbito político, Imperdonables: Crímenes ocultos de la democracia, (Santa Cruz, 2016), libro que gira en torno al tema de los Derechos Humanos con materiales producidos en su gestión parlamentaria y un anexo con valiosa documentación al respecto. Y por último, Che: Revolución absoluta (Segunda edición, Santa Cruz de la Sierra, agosto 2018) que contiene unas dos primeras partes con sugerentes, aunque discutibles, consideraciones sobre la acción del Che Guevara en Bolivia y su frustrada proyección continental (I. La escena del crimen, II La otra cara del espejo). Más otras dos partes, una de reflexión teórica muy actual y pertinente, y otra de propuesta política, construida desde su ligazón con el Eje Pachacuti (III. Frente al capitalismo absoluto: la revolución absoluta y IV. Hacia una sociedad comunitaria post estatal). Este libro viene a ser un testamento político en clave poética de este incansable luchador, poeta, escritor, parlamentario, ministro, asesor de organizaciones campesinas y populares, y docente universitario. Notable en la diversidad de actividades en que incursionó, incluida una novela que hace poco dijo estar a punto de concluir y una nueva edición de Ordalía inconclusa, acompañada de un disco de la muy recordada cantata que el poema inspiró.
De las redes sociales:
Andrés Canedo, artista, director de teatro y escritor: “Hoy murió un amigo muy querido, maravilloso poeta, excelente narrador, infatigable luchador por la justicia y la equidad para los seres humanos. Compartimos muchos momentos juntos, compartimos también muchos sueños. Asistí a la presentación de varios de sus libros, él tuvo la enorme generosidad de presentar una de mis novelas. Las palabras son siempre escasas e insuficientes, frente a hechos de esta magnitud. A pesar de ello, del dolor que siento, que sentimos, he querido expresar aunque sea este homenaje a Ramiro Barrenechea a quien ya extrañaba desde hace tiempo y a quien seguiré extrañando mientras me toque continuar. Sé que la luz que siempre nos entregó permanecerá en mi memoria y en la de todos aquellos que disfrutaron de su amistad, su talento y ternura”.
Juan Antonio Alvarado Kirigin, científico y docente universitario: “No quiero que tu recuerdo esté asociado a otros temas que no sean tu rebeldía e inconformismo con la injusticia. Tu poesía juvenil doliente por los conflictos de Cliza y Ucureña y la lucha contra las dictaduras militares. La resistencia contra el banzerismo y el agradecimiento a quien me desveló la poesía de Bertold Brecht. No quiero paz en tu tumba, sino la llama rebelde que ilumina la difícil trocha que lleva a construir un escalón superior de justicia social fraternidad civil entre ciudadanos iguales e inclusivos. Honor y Lucha camarada Ramiro!!!”.
Carlos Soria Galvarro es periodista