Capitán América
Son tiempos de movimientos importantes para la historia de la humanidad y la vida de nuestra madre y hermana naturaleza. Quienes siempre estuvimos en las luchas de liberación de nuestros pueblos y tuvimos la esperanza de que la izquierda en los Estados Unidos podía tomar iniciativas importantes al interior de la política que se debate entre la derecha D y la derecha R, sufrimos decepciones.
Para nuestros pueblos los Demócratas y Republicanos han actuado de la misma manera, la diferencia respecto a la política latinoamericana ha sido mínima, especialmente el último tiempo. Nunca escuché de estos políticos de la derecha D y la derecha R nada respecto a los pueblos originarios de los Estados Unidos, a quienes masacraron y robaron sus territorios, y hoy al igual que los niños y niñas —hijas de migrantes ilegalizados— están en jaulas llamadas reservaciones. Tuvimos la esperanza y aún la tenemos.
Lo que estamos viendo, con el levantamiento fascista de una parte del pueblo estadunidense, es que la crisis del sistema de dominación está evidenciando el carácter fascista del patriarcado capitalista —hoy neoliberal— que se enmascaraba en la “defensa de la libertad y los derechos individuales”, podríamos parafrasear y decir, la libertad de matar so pretexto del derecho individual de robar el trabajo del proletariado y apropiarse de los frutos que la Pachamama da a los pueblos, por ejemplo el petróleo.
Por supuesto que vamos a recordar a los ridículos “pititas” vestidos de Capitán América y vamos a poner énfasis en lo colonizados y colonizadas que son, la ridiculez y la ignorancia fascista de ellas y ellos; los demócratas, intelectuales, feministas, ecologistas, ONG, el pueblo bien vestido que desde 2011 y con el pretexto del TIPNIS, descaradamente, complotaron generando dudas y desconfianza hacia dirigentes sociales, con la intriga, calumnia y difamación, usando la justicia patriarcal y corrompida para generar juicios sin ninguna prueba, solo con las mentiras de sus bocas. Con esta gente no es posible ningún diálogo, creen lo que quieren creer y condenan por las redes y los medios de comunicación a quien quieren condenar: es la nueva Inquisición del siglo XXI.
El fascismo y el neonazismo hace mucho tiempo que se posicionaron en Europa, incluso con curules parlamentarios, y se les dejó ser y crecer, sin ningún tipo de luchas contundentes, más bien con la complicidad de parte de la izquierda socialdemócrata. Algunas acciones espontáneas del pueblo, como ancianas que les dieron carterazos a los neonazis en sus marchas, definitivamente no fueron suficientes.
Al fascismo, al neonazismo lo vamos a derrotar con proyectos políticos que vengan de las memorias de las luchas ancestrales de los pueblos originarios por el Vivir Bien, summa qhamaña, y por las luchas de la mitad de la humanidad, las mujeres, que por orden del patriarcado machista somos objeto de control de la otra mitad que son nuestros hermanos hombres. Esas propuestas las estamos trabajando en el proceso de cambios en Bolivia; el Feminismo Comunitario de Abya Yala es un ejemplo, toda la reflexión de la descolonización es otra muestra.
En un tiempo de crisis también se pueden sembrar y alimentar las esperanzas que nos mueven a los pueblos y nuestras luchas ancestrales. Jallalla las luchas de los pueblos del mundo.
Julieta Paredes es feminista comunitaria