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Sunday 4 Jun 2023 | Actualizado a 23:06 PM

Pandemia, cuarta revolución industrial y educación

/ 5 de febrero de 2021 / 00:55

Con el fin de evitar la propagación y mitigar el impacto del COVID-19, en el mundo se ha dado lugar al cierre masivo de las clases presenciales en más de 190 países, afectando a más de 1.200 millones de estudiantes de todos los niveles de enseñanza (UNESCO, 2020). Es así como la educación a distancia, principalmente en línea (educación virtual), se ha convertido en la principal alternativa para garantizar la continuidad de las actividades educativas. En ese contexto, la educación virtual es el tema de moda del periodo actual; maestros, estudiantes y familias solicitan directrices sobre cómo se desarrollará y piden condiciones materiales como internet universal, dotación de plataformas y aplicaciones, así como de equipos. El debate parece ser solo un asunto de entrega y uso de equipos, medios e instrumentos y de claridad en métodos, sin caer en cuenta que en el planeta se intenta adecuar a intencionalidades no explícitas. Por un lado, prevalece el sentido común del cambio o al menos adecuación de la educación, y por otro, la disputa entre el capitalismo cognitivo (“proceso por el cual el conocimiento es privatizado y mercantilizado con el fin de generar ganancias para el capital”, Restakis John, 2014) que exige la adecuación funcional de la educación a los cambios tecnológicos del siglo XXI y el pensamiento crítico que da prioridad a la pertinencia y carácter transformador de la educación.

Es cierto que hay que procurar una buena aplicación de la educación virtual por la emergencia, pero también hay que tener en cuenta alertas como las enunciadas en la Declaración del Congreso Mundial en defensa de la educación pública y contra el neoliberalismo educativo realizado el 25, 26 y 27 de septiembre de 2020: “Con lo que respecta a educación, la pandemia del COVID-19 ha servido de pretexto para avanzar en la agenda neoliberal de sociedad educadora, la cual se concreta con novedosas formas de privatización educativa, asociadas al acceso a la conexión a internet y la posesión de equipos para participar en las clases remotas y virtuales. El experimento de la virtualidad en casa está siendo usado para colocar una disputa que no existía en febrero de 2020, entre educación presencial en la escuela versus educación virtual en casa. El capitalismo sabe que no puede suprimir de manera impune y rápida las escuelas, pero está creando el imaginario social sobre la obsolescencia de lo escolar. Con ello procura dar entrada a las corporaciones tecnológicas y de contenidos educativos digitales al ‘mercado educativo’, lo cual va acompañado de una desinversión sostenida en la actualización y formación docente para contextos digitales como el actual.” El coronavirus ha impactado en la educación con la acelerada incorporación de la innovación tecnológica, en el marco de la irrupción de la cuarta revolución industrial y un capitalismo remozado, “…estamos a la puerta de un nuevo modo de vivir y convivir, de trabajar y consumir, de aprender y estudiar, de amar y juntarnos, de reproducirnos e integrarnos, de participar y ser gobernados. El COVID-19 ha sido usado como la puerta de entrada masiva a nuestra cotidianidad de las dinámicas virtuales y digitales que caracterizan a la cuarta revolución industrial.” (Bonilla Luis, 2020).

Por esas razones, a tiempo de buscar una buena implementación de la educación virtual, se tiene que preservar: a) Que se garantice la pertinencia y calidad de la educación pública ante cualquier posibilidad de privatización y mercantilización; b) La validez, permanencia y aplicación, apenas se den las condiciones de bioseguridad, de la educación presencial, la educación virtual debe aplicarse a plenitud cuando existe emergencia sanitaria y de manera complementaria en tiempos de “normalidad”; c) Que las responsabilidades de las instancias estatales no se trasladen a las familias y maestros como una forma disimulada de “neo privatización educativa”, garantizando el derecho a la educación del conjunto de la población; d) La soberanía de la tecnología, bienvenidos los aportes de las corporaciones del sector de la tecnología pero no pueden convertirse en rectoras de la educación y menos anular la educación presencial y vivencial.

Para no caer en ingenuas apreciaciones que pueden dar lugar a pretensiones políticas que quieren convertir a la educación en un capital hay mucho por debatir, además de elaborar propuestas desde el pensamiento crítico.

        Noel Aguirre Ledezma es educador popular y pedagogo. Fue ministro de Planificación del Desarrollo y viceministro de Educación Alternativa y Especial.

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La hegemonía anglófona en la ciencia

Tenemos que trabajar intensamente en la producción y socialización de los saberes y conocimientos

Noel Aguirre

/ 26 de mayo de 2023 / 08:32

Según la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI, 2023), “en el espacio iberoamericano convergen dos lenguas de origen común, el español y el portugués, con amplia proyección y diferenciación internacional: que juntas representan una comunidad de 850 millones de hablantes repartidos por cuatro continentes, con especial presencia en América, África y Europa. Según las estimaciones demográficas de las Naciones Unidas, el español y el portugués alcanzarán cerca de 1.200 millones de hablantes a mediados del siglo XXI.” Es más, la presencia de estos idiomas en el espacio digital es bastante espectable, “siendo actualmente el español la 3ª lengua en Internet tras el inglés y el chino, y el portugués la 5ª.” No solo eso, sino que, desde una perspectiva geopolítica, la proximidad lingüística y cultural del español y portugués, además de afirmarlas como lenguas globales las posiciona en el mundo con grandes potencialidades. Sin embargo, existe una problemática que debe preocuparnos, “solo un 1% de la producción científica indexada globalmente se publica en estos dos idiomas. Es más, el 96% de los científicos portugueses, el 91% de los mexicanos, brasileros o españoles y más del 80% de los colombianos, argentinos o peruanos publican en inglés…” (Ruiz Juan José, 2021)

De acuerdo con un estudio encargado por la OEI y el Instituto Elcano a Ángel Badillo (2021) sobre el portugués y español en la ciencia, “la hegemonía del inglés como lengua vehículo de la ciencia es apabullante”. A manera de ejemplo, recurriendo a información proporcionada por el mencionado estudio, el 90% de los trabajos científicos publicados en la Web de la Ciencia (WoS, por el inglés), en los últimos 20 años, están escritos en inglés. Nótese que la plataforma WoS, previo pago, por internet brinda acceso a múltiples bases de datos que contienen información de revistas académicas, actas de congresos y otros documentos académicos. Esta tendencia desplaza las lenguas propias a favor del inglés “con las preocupantes consecuencias que ello genera para la vitalidad de las lenguas, la diversidad lingüística del campo científico y académico y el acceso al conocimiento.” Así surge el supuesto, que termina en convencimiento, que el conocimiento basado en el método científico debe ser, en el mejor de los casos, en idioma inglés.

Lea también: CETHA con ‘C’ y ‘TH’

Este panorama nos plantea muchos interrogantes: La hegemonía del inglés en el manejo de la ciencia, ¿es otra forma de la división de roles en la producción de conocimientos científicos?, ¿mientras unos producen conocimiento científico otros deben restringirse a consumirlos? Los países cuyo idioma oficial no es el inglés, ¿no producen conocimientos científicos?, ¿deben adecuarse a las condiciones definidas por quienes asumen estos roles hegemónicos? El predominio del inglés, ¿qué efectos tiene en la valoración de los otros idiomas, la diversidad lingüística del campo científico-académico y el acceso, producción y socialización del conocimiento? Ante esa situación, ¿qué acciones debemos desarrollar para facilitar el acceso, producción y socialización del conocimiento?, ¿erigimos barreras que protejan nuestros idiomas o generamos la inclusión y pluralidad en el mundo de la ciencia?, ¿qué rol deberían tener los sistemas educativos? Más allá de los lamentos proteccionistas, ¿qué políticas lingüistas y científicas debemos generar en la región? Con relación a los pueblos indígenas, ¿qué efectos y perspectivas tienen sus idiomas respecto a la ciencia?

No tiene sentido “desgarrarse las vestiduras” ni solo protestar. Tenemos que trabajar intensamente en la producción y socialización de los saberes y conocimientos, intensificar la formación en capacidades vinculadas a la ciencia, crear y potenciar centros de investigación, fomentar con mayor énfasis la investigación aplicada, promover el diálogo interciencias entre lo social y económico, entre el saber y el conocimiento universal con el local, comunitario y popular, incrementar las inversiones para la innovación, investigación y desarrollo científico, resignificar desde nuestra cosmovisión lo que se comprende por ciencia. Y, fundamentalmente, valorar nuestros idiomas, como el español, portugués y de los pueblos indígenas en la perspectiva de garantizar la valoración de la diversidad y promover el acceso universal al conocimiento. Al final de cuentas, el conocimiento —en todas sus expresiones— es de toda la humanidad y es un derecho de todos.

(*) Noel Aguirre Ledezma es educador popular, maestro y pedagogo. Director de la oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos en Bolivia

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CETHA con ‘C’ y ‘TH’

En educación se deben valorar las experiencias pioneras, innovadoras y pertinentes como la de los CETHA

Noel Aguirre

/ 12 de mayo de 2023 / 09:09

La crónica periodística informa: “El primer Centro de Educación Media de Adultos, CEMA, del área rural del país fue inaugurado oficialmente por representantes del Ministerio de Educación, el pasado lunes en la localidad de Corpa, departamento de La Paz… La nueva experiencia educativa que permitirá ampliar los alcances de la escuela rural será ejecutada por el Centro de Educación Técnico-Humanístico-Agropecuario CETHA…” (Periódico Presencia, Bolivia, miércoles 07/06/1978) El CETHA Avelino Siñani de la Comunidad Qurpa de Machaca (altiplano de La Paz) nació en un contexto marcado por sucesivos gobiernos dictatoriales, campesinos en extrema pobreza, pueblos indígenas menospreciados por el colonialismo, depredación de los recursos naturales y una tasa de analfabetismo rural que afectaba a 2/3 de las mujeres debido a la ausencia de la educación de personas jóvenes y adultas. Así se puede entender por qué la lectura de esos tiempos y los actuales motiva a los CETHA, mediante la Educación Alternativa, asumir la opción de “servir a las Comunidades rurales y periurbanas preservando sus Identidades culturales, aportar a la dignificación de la Mujer y, con respeto a la Madre Tierra, avanzar hacia la Soberanía alimentaria.” (Presentación institucional de la Red FERIA)

Como dicen los documentos que relatan sus orígenes, el CETHA Qurpa “brotó de labios campesinos… y de raíz indígena”, es la opción preferencial por el campesinado y el originario para fortalecer sus búsquedas de autosuperación y autoliberación mediante la educación; plantea una educación integral, con base en la información (saberes útiles), la formación en valores (pensares crítico-propositivos y sentires solidarios) y la capacitación (haceres transformadores); al incorporar técnicas y agropecuaria, enriquece y complementa el tradicional enfoque meramente teórico-humanístico, cualificando lo productivo; adapta su calendario académico al ciclo agrario; desde sus “4 Caminos de aprendizaje” (Yatiqañ Thakhinaka)”: el Menor (Jisk’a), el Mediano (Taypi), el Mayor (Jach’a) y el de la Especialidad (Kamana), abraza la modalidad de lo formal y extra-formal (blog: El Hoy de un Ayer); retoma como referentes a la experiencia de la Escuela Ayllu de Warisata y los planteamientos de los promotores culturales aymaras.

Confirmando la pertinencia y valor social, educativo y cultural, la semilla sembrada en el CETHA Qurpa dio origen a la creación de otros centros. En la actualidad, en todo el territorio de Bolivia existen 79 CETHA organizados en la Red FERIA (Facilitadores de Educación Rural Integral Alternativa). Los CETHA son pioneros en la formación simultánea entre lo socio-humanístico y lo técnico-agropecuario, por lo que las personas que concluyen estos procesos reciben la acreditación de bachilleres y técnicos medios de manera simultánea, colaboran a la generación de emprendimientos productivos en el marco de propuestas de desarrollo regional y comunitario, promueven la educación comunitaria generando respuestas educativas a demandas y expectativas de formación de las comunidades rurales, por eso se dicen: “somos CETHA y no escuelas, colegios o universidades”. CETHA es con “C” porque se constituye en el centro movilizador de los procesos educativos, sociales y productivos de las comunidades y “TH” porque desarrollan procesos formativos simultáneos entre la práctica y la teoría educativa, la producción y la educación, lo socio-humanístico con lo técnico-agropecuario.

Los CETHA se adelantaron a una de las principales bases de la educación boliviana, dispuesta por la Ley 070 de la Educación Boliviana “Avelino Siñani-Elizardo Pérez”, que sostiene que la educación en Bolivia: “Es productiva y territorial, orientada a la producción intelectual y material, al trabajo creador y a la relación armónica de los sistemas de vida y las comunidades humanas en la Madre Tierra, fortaleciendo la gestión territorial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos, las comunidades interculturales y afro bolivianas.” En estos tiempos en los que la educación técnica, tecnológica y productiva, así como el vínculo educación-producción-trabajo es tan necesario para contribuir al desarrollo de Bolivia, es necesario tomarlos en cuenta e impulsar la ampliación de sus acciones. Así como en la siembra no se desperdician las semillas, en educación se deben valorar las experiencias pioneras, innovadoras y pertinentes como la de los CETHA.

(*) Noel Aguirre Ledezma es educador popular, maestro y pedagogo. Director de la oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos en Bolivia

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‘Leer’ los sentidos de la lectura

/ 28 de abril de 2023 / 01:30

Desde 1995, por decisión de la Unesco, recordando la muerte de tres grandes de la literatura universal: William Shakespeare, Miguel de Cervantes e Inca Garcilaso de la Vega, el 23 de abril se conmemora el Día Internacional del Libro y está orientado a “promover el disfrute de los libros y de la lectura”. A propósito de ello, distintas organizaciones e instituciones del mundo se movilizan con distintas actividades que resaltan la importancia de los libros, la lectura y los derechos de autor. Sin embargo, no solo queda celebrar esta fecha sino leer los tiempos y contexto para comprender los sentidos de la lectura en el siglo XXI.

En principio, en los tiempos actuales sigue latente la naturaleza de ser social de todas y todos los humanos. Lo que afirmaba Aristóteles, filósofo griego, nacido en el año 384 a.C., “el hombre es un ser social por naturaleza”, está vigente. Cada ser humano “es” en tanto “co-es”, cada uno se desarrolla en su individualidad a la par que realiza su convivencia social. Es más, desde la cosmovisión de nuestras culturas originarias del Abya Yala, estos planteamientos adquieren un sentido mucho más amplio. Por ejemplo, el suma qamaña (en aymara), el “vivir bien” (en castellano), “es fundamentalmente un con-vivir armónico del género humano con su entorno natural, el mundo espiritual y las futuras generaciones” (Uraqui), a decir por Xavier Albó, “qamaña es vivir, morar, descansar, cobijarse y cuidar a otros”, mientras suma puede ser entendido como “bonito, hermoso, agradable, bueno, amable”. Las y los humanos somos seres sociales, nos realizamos mientras vivimos en comunidad y armonía con nuestro entorno social y natural. Si es así, en tiempos actuales, ¿qué necesitamos?: Comunicarnos. Y, ¿qué necesitamos para comunicarnos? La palabra, la lectura, la escritura. La lectura y la escritura, en tiempos remotos y actuales, son de naturaleza profundamente humana y comunitaria.

Pero ¿la lectura es la misma en el tiempo?, ¿qué significa leer en el siglo XXI? El modo de leer se está transformando significativamente, está determinado por un súbito incremento de “medios y formatos dispares de comunicación, tanto analógicos como digitales” (Montesinos, 2014) La paradoja es que el mundo está cada vez más “letrado” (pregúntese, en estos momentos, ¿cuántos están pegados a su celular leyendo?), hasta podríamos decir leemos más, ahora tenemos que referirnos al texto impreso y en versión digital. Sin embargo, comienza a dominar el gusto por el texto corto acompañado por la imagen, lo peor es que desde esa referencia se comienzan a crear “corrientes de opinión” y hasta de acción. Está claro que, en esta época, antes de preguntarnos por “cuántos libros leemos” también debemos preocuparnos por la lectura comprensiva y crítica, por tanto, que los textos tengan consistencia y coherencia. En estos tiempos no es suficiente leer el significado literal de las palabras, hay que saber inferir y comprender los sentidos de los textos, así como entender la cosmovisión y la posición del autor del texto y su entorno en diálogo con la mirada del lector.

Además, como dice Jorge Luis Borges, “el verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo”; no se lee por una orden, mandato o nota, se lee por placer, por decisión propia. Por lo tanto, la lectura no se realiza únicamente en el ámbito escolarizado, sino en la vida misma. “En este sentido, llevar la lectura más allá de las bibliotecas y de los espacios de formación formales y no formales, vale decir, democratizar la lectura y reivindicarla como acto social y cultural, es una tarea que se vuelve urgente.” (IBERLectura, OEI) Es más, como menciona el escritor mexicano Juan José Arreola: “Si no lees, no sabes escribir; si no sabes escribir, no sabes pensar”, la lectura y la escritura son la vida misma.

Por todo ello, la lectura, conjuntamente la escritura, es un derecho de todas y todos los seres humanos y una condición necesaria para el ejercicio de los demás derechos, también es una habilidad necesaria para el desarrollo de capacidades en y para el siglo XXI, así como para el desarrollo integral de las personas y la sociedad. Lo que queda es leer el texto y el contexto. En palabras de Paulo Freire, “el acto de aprender a leer y escribir debe partir de una comprensión muy amplia del acto de leer el mundo, algo que los seres humanos hacen antes de leer las palabras.” ¿Leeremos el mundo y la palabra en el siglo XXI?

Noel Aguirre Ledezma es educador popular, maestro y pedagogo.

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Currículo y revoluciones industriales

/ 14 de abril de 2023 / 01:56

Mientras en la ciudad de La Paz, Bolivia, la población y educación sufren los embates del conflicto Ministerio- magisterio cuyo origen, entre otros temas, se concentra en el cuestionamiento al Currículo Actualizado 2023 del Sistema Educativo que principalmente se expresa en la incorporación de determinados contenidos; en el último tiempo y en el mundo están ocurriendo grandes transformaciones que no se las quiere percibir o se consideran una narrativa de ciencia ficción

Amós Comenio, pedagogo del siglo XVII, en su libro Didáctica Magna, propone un sistema educativo basado en criterios cuya base es lo escalar y secuencial, organizado conforme a la edad y el aprovechamiento, plantea una estructura escolar constituida por la escuela maternal (similar a la actual educación preescolar), la escuela elemental (primaria), la escuela latina o gimnasio (secundaria) y la academia (universidad). “El capitalismo industrial de las dos primeras revoluciones industriales asume como propio el modelo de sistema escolar de Comenio y construye una noción de sentido común de lo educativo que ha permanecido a través del tiempo, llegando a tal punto de hegemonía que hoy se tiene dificultad para concebir otro modo del mundo escolar” (Luis Bonilla-Molina, 2021). Bajo esos criterios, de manera similar a la estructura de las máquinas de la primera y segunda revolución industrial, el currículo, la didáctica, evaluación, planeación y gestión educativa pasan a ser componentes, mejor dicho: “piezas”, de la pedagogía. En el transcurso del tiempo, los cambios en la educación se concentraron en las transformaciones, por separado y con autonomía, de estos componentes con desmedro del valor de lo pedagógico. Al final, casi de manera obsesiva, el debate educativo se concentra en las piezas de la “maquinaria educativa” y se olvida el sentido y la finalidad de la educación. De manera inconsciente y hasta inocente (¿será así?), muchos se suben al carro del capitalismo industrial, muy a pesar de que dicen asumir una posición ideológica diferente. Es más, en la primera y segunda revolución industrial, estas piezas de la maquinaria educativa precisan estructurarse en disciplinas constituidas por contenidos que hacen juego a disciplinas, “los objetivos secuenciales y escalares, las correlaciones de objetivos” (Bonilla, 2021).

Mientras la escuela trata de responder de la mejor forma a las dos primeras revoluciones; en el mundo de la producción, las relaciones sociales y fundamentalmente la tecnología (aceleradas por la sindemia del COVID-19 que, a título de educación a distancia en línea, permitieron la irrupción de lo digital y virtual propios de la cuarta revolución industrial impulsada por las empresas transnacionales de telecomunicaciones y tecnología) aparecen nuevas formas de “vivir y convivir, de trabajar y consumir, de aprender y estudiar, de amar y juntarnos, de reproducirnos e integrarnos, de participar y ser gobernados” (Bonilla, 2021). Nótese que ya no es suficiente referirse a la tercera revolución industrial, es decir, al desarrollo de la informática, programación y robótica, sino también a la cuarta revolución industrial que supone la integración, casi sin sentir, de la inteligencia artificial, big data y metaverso en la vida cotidiana, procesos productivos y, por supuesto, educación. Como producto de la cuarta revolución industrial estamos pasando con una rapidez mayor a la que se piensa de una educación escalar, secuencial y por disciplinas a la del pensamiento complejo y la transversalidad, impactado por la aceleración de la innovación y el mundo digital-virtual. De esa manera, el capitalismo cognitivo del siglo XXI aprovecha para poner en debate la validez y permanencia de la educación presencial.

Estamos en tiempos que requieren debates a fondo sobre la situación y proyecciones de la educación, leyendo lo que pasa en el mundo, más allá de la cúpula de vidrio que encierra la educación al margen de la realidad social. Es tiempo de responder a la interrogante de siempre, ¿queremos una educación para transformar o adaptar? Es tiempo de seguir construyendo revolución desde la educación; de recuperar el valor social, científico y ético de la pedagogía, más allá de la importancia otorgada únicamente a las piezas. Es tiempo de que los educadores demuestren su profesionalidad y su lucha propositiva por una educación liberadora y transformadora. Es tiempo de que la comunidad y la sociedad asuman su rol educador. ¿Entenderemos?

Noel Aguirre Ledezma es educador popular, maestro y pedagogo. Director de la oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos en Bolivia.

 

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Congreso Plurinacional de Educación

/ 31 de marzo de 2023 / 02:09

Considerando las noticias difundidas en las últimas semanas, al parecer en el próximo año se llevará a cabo una nueva versión del Congreso Nacional de Educación. La historia de los congresos educativos en Bolivia es larga, llena de lecciones que conviene tener en cuenta. Los antecedentes señalan que en ocasión del centenario de la República (1925) se habría realizado un congreso educativo. Posteriormente, se efectuó el I y II Congreso Pedagógico Nacional, en 1970 y 1979, respectivamente, estos eventos tuvieron una participación ampliamente mayoritaria de maestros. Con una representación más plural y un temario más extenso, en 1967, 1992 y 2006 se realizaron los eventos denominados: Congreso Nacional de Educación. El evento realizado en 2006 aprobó en grande la propuesta de la Ley de la Educación “Avelino Siñani-Elizardo Pérez” que, posteriormente, con el N° 070, el 10 de diciembre de 2010, concluyó con la promulgación de la norma. También, en 2004 hubo un congreso “fallido” que, por los vaivenes políticos, solo alcanzó a la realización de congresos departamentales. Por su parte, en siete ocasiones, entre 2008 y 2022, se realizaron los Encuentros Pedagógicos del Sistema Educativo Plurinacional, caracterizados por su amplia y diversa participación, así como por evaluar y formular recomendaciones de políticas educativas. Asumiendo que el propósito es contribuir a mejorar la calidad de la educación, estos eventos nos muestran que no son hechos puntuales, al contrario, por su trascendencia para el futuro del país, son procesos que deben ser debidamente estructurados y organizados.

Por su lado, conviene considerar que la Ley de la Educación 070 señala que el “Congreso Plurinacional de Educación” es parte substancial de la participación social y comunitaria del sistema educativo de Bolivia y “es la instancia máxima de participación de todos los sectores de la sociedad, para la formulación y definición de lineamientos de la política plurinacional de educación…” (artículo 92). Este artículo también establece el funcionamiento del Consejo Educativo Plurinacional, Consejos Educativos de Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos, Consejos Educativos Social Comunitarios, a nivel departamental, regional, distrital, de núcleo y unidades educativas, y Consejos Consultivos del Ministerio de Educación. A riesgo de repetir, conviene señalar que tres mandatos derivan de la Ley 070: 1) el Congreso Plurinacional de Educación es la instancia máxima de participación de todos los sectores de la sociedad; 2) formulan y definen lineamientos de la política plurinacional de educación; y 3) requieren del funcionamiento del Consejo Educativo Plurinacional.

Así, el proceso que se estructura en torno a la realización del próximo Congreso Plurinacional de Educación nos plantea varias acciones por hacer.

Estos tiempos deben ser propicios para el debate sobre ¿qué educación se requiere en el contexto actual?, ¿requerimos una educación para contribuir a la transformación social desde nuestra identidad socio-cultural o para mantener los rasgos coloniales, patriarcales y capitalistas existentes en nuestra realidad?

Asumiendo que la educación es mucho más que escuela, ¿el congreso será educativo o escolar? La definición de esta disyuntiva podría concentrar el debate y la construcción de propuestas solo en la educación regular, mientras que bajo criterios más amplios podría comprender el análisis de la situación y proyecciones de la educación alternativa y especial, así como de la educación superior, es decir de lo escolarizado y no escolarizado, por lo tanto, la participación tendría que ser mucho más amplia y diversa y debería involucrar a quienes trabajan en educación comunitaria, popular y permanente, así como en educación científica, técnica, tecnológica y productiva.

Además, un congreso educativo es un proceso de amplio análisis y formulación de planteamientos, es la oportunidad de dar voz a las bases, por eso supone que previamente se deben realizar otros eventos preparatorios como los congresos sectoriales, seminarios especializados y congresos departamentales de educación a partir de objetivos, temario y metodología claramente definida, con pertinencia con los tiempos y contextos. Es un periodo de debate participativo desde las experiencias y estudios, es de esperar que comprendamos el valor de este proceso que marcará el destino de nuestra patria.

Noel Aguirre Ledezma es educador popular, maestro y pedagogo. Director de la oficina de la Organización de Estados Iberoamericanos en Bolivia.

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