No se concilia

Con la violencia a las mujeres no se concilia, menos mal que eso por lo menos queda claro por el momento. Como organizaciones de mujeres debemos estar atentas, porque los intentos de retroceder son permanentes. La Ley 348 “Para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia” es resultado de una lucha en contra de las ONG de mujeres, que desde el neoliberalismo impusieron la negación de los cuerpos para solamente concentrarse en la “perspectiva de género”, que es una de las relaciones que nuestros cuerpos de mujeres tienen.
Lo interesante de desenmascarar la antigua Ley 1674 de las ONG es que al ser una norma de violencia doméstica basada en la relación de género, quedaba en manos de fiscales y jueces determinar quién era masculino violento, en una relación entre hombres y mujeres. Resultado de la aplicación de la Ley 1674, mujeres eran condenadas por jueces que consideraban que eran mujeres masculinas y violentas o mujeres que no cumplían con su rol femenino, y por eso los hombres se sentían ofendidos.
La Ley 348 evidencia el carácter histórico y estructural de la violencia ejercitada contra las mujeres por parte del sistema de dominio patriarcal, que necesita estructuralmente de este modelo de violencia que funciona como argamasa, como pegamento y como base para sostener este sistema de dominio. El carácter histórico y estructural de la violencia hacia los cuerpos de las mujeres tuvo en los Estados republicanos un propiciador y cómplice, con leyes que obligaban a las mujeres a someterse a esta violencia, por ejemplo el “crimen pasional”.
Con la Ley 348, una norma del proceso de cambio del pueblo boliviano, donde las mujeres somos la mitad, hemos dejado claro que el Estado Plurinacional no puede seguir siendo cómplice o ponerse de neutral. El Estado Plurinacional debe constituirse en parte de la denuncia y demanda contra los hombres violentos y criminales. Entonces, la Ley 348 es una norma especial, que por los millones de mujeres asesinadas y mutiladas en el mundo y en Bolivia, por parte de hombres, incluso de sus familias, presupone la violencia de los hombres mientras la sociedad y la cultura no cambien, por eso una ley “Para garantizar a las mujeres una vida libre de violencia”.
Entonces no la destruyan y vengan a hablar que esta ley también es para juzgar a mujeres o para proteger a hombres feminizados (trans femeninas). Por favor, para juzgar a mujeres violentas está el Código Penal y no una ley especial donde el Estado se constituye en parte apoyando a la víctima, presuponiendo el delito del hombre, y se admite la denuncia de las mujeres incluso de forma oral. Es una ley histórica, pero está recibiendo ataques, abusos y despolitizaciones.
Para proteger a nuestras hermanas y compañeras trans está la Ley 045, contra toda forma de discriminación. Para juzgar a mujeres violentas está el Código de Procedimiento Penal. Abusar de la Ley 348 es contrarrevolucionario, misógino, lesbofóbico, machista y patriarcal, justo son las luchas que también enfrentamos las mujeres,
Julieta Paredes es feminista comunitaria.