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El efecto mariposa y el oro azul

La teoría del caos o efecto mariposa (Edward Lorenz, 1963) indica que una pequeña perturbación puede generar un efecto considerable a medio y corto plazo. En tiempos de cambio climático y una pandemia que no logramos vencer, se diría que vivimos consecuencias de nuestras acciones hacia el planeta y que inicia la era donde el agua es el recurso más preciado.

Los bosques en Bolivia abarcan más del 50% de nuestro territorio (51 millones de hectáreas), su gran diversidad brinda un sinfín de bondades y beneficios, desde el hábitat de miles de especies hasta la generación de alimentos, medicinas, aire limpio y agua. En 1979 Enéas Salati demostró que gran parte de las precipitaciones en la Amazonía provienen de la transpiración de sus bosques. La ciencia también ha demostrado que estos bosques envían cada día a la atmósfera 20 trillones de litros de agua que vuelven a los ríos a través de las lluvias, por lo que la interconexión de los bosques y el agua es inminente.

Entonces, si el pequeño aleteo de una mariposa con la energía cinética generada causa una leve perturbación en la atmósfera, podría cambiar el clima en magnitudes considerables como un huracán al otro lado del mundo (Edward Lorenz), ¿podríamos imaginar lo que causa la deforestación y los incendios? Cada año el país pierde más de 250.000 hectáreas de bosque y más de 4 millones de hectáreas están impactadas por el fuego, a esta escala los efectos son de magnitud para el planeta y mucho más para los que habitan estos espacios.

Las sequías son los síntomas ambientales más evidentes que afectan a todo el mundo. La mala noticia es que con el cambio climático las sequías son más severas y recurrentes, por lo que los incendios serán de alto impacto para los bosques, comprometiendo el balance hídrico del país. El agua es el recurso más deseado y ha sido el único recurso natural que no estaba monetizado hasta hace poco. A título de salvar a la humanidad, Wall Street (el centro financiero más grande del mundo) quiere revolucionar haciendo que el agua sea rentable, creando el mercado del agua similar al del petróleo.

En el mercado, el agua ya es un producto financiero como cualquier otro. En las últimas semanas, se cotiza entre $us 485 y 495 por megalitro (1 millón de litros). Es el inicio de la revolución financiera del agua, ya está en la mira de los tiburones financieros según el reportaje de Jérome Fritel (Deutsche Welle). ¿Qué pasará con quienes no puedan pagarla, si esta fiebre del oro azul es inminente?

A medida que el crecimiento poblacional incrementa en el planeta, (hoy 7.700 millones personas y 9.900 millones hasta 2050) mayor será la demanda del agua. Es por eso que el agua es considerada un negocio seguro. Atravesamos un modelo de supervivencia debido a la crisis de sequías. Actualmente, ganaderos en Australia invierten millones de dólares para garantizar el agua para su ganado, muchos al borde de la bancarrota. El agua es oro y se compra a un click desde sus celulares, el mercado define precios según reservas existentes y pronósticos de lluvias. Waterfind es la mayor empresa en la bolsa de valores de agua del mundo.

El desafío en Bolivia está en proteger nuestra fábrica de agua localizada en los bosques de nuestras áreas protegidas, de lo contrario, se vislumbra un mercado del agua donde el más pobre será el más afectado. La batalla por el agua ya ha comenzado, quién resultará victorioso: el planeta, la gente o los mercados (Fritel, 2021).

 Marlene Quintanilla es directora de Investigación y Gestión del Conocimiento de la FAN.