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¿Evo o Arce? El MAS masculla su derrota

Qué ha fallado? La pregunta quizás sea ahora un fuerte zumbido en la dirigencia y la militancia del Movimiento Al Socialismo (MAS). Acaba de consumarse su estruendosa derrota electoral en la segunda vuelta con la que pretendían ratificar su victoria en al menos tres de las cuatro gobernaciones en disputa.

El MAS había ganado con holgura a Jallalla el 7 de marzo en La Paz; se quedó a tres décimas de vencer en primera vuelta y evitar así el temido balotaje. También tuvo resultados favorables en Pando, Tarija y Chuquisaca, que al final se volcaron el domingo en su contra.

Se queda con solo tres gobernaciones: Oruro, Potosí y Cochabamba. Sus rivales electoralres, aunque aislados y sin vínculos políticos entre sí, gobernarán en La Paz, Tarija, Chuquisaca, Pando, Beni y Santa Cruz.

¿Qué pasó? Hace cinco meses el MAS había ganado las elecciones generales con el 55,1% —Luis Arce es el segundo presidente en su historia— y el 7 de marzo había logrado más de dos tercios de las alcaldías del país. Si bien ligeramente menores a los comicios pasados, los resultados le permitían ratificar su hegemonía política en el país.

Su oposición comienza a regodearse por la derrota del MAS más que cuestionarse por su también triste desempeño: no es homogénea (aunque detractores del MAS, Luis Fernando Camacho y Santos Quispe no comulgan principios entre sí, como Óscar Montes) y en algunos casos resulta de la escisión del MAS (Damián Condori, Alejandro Unzueta y Regis Richter).

Pero en el MAS han comenzado a surgir voces en sentido de una “revolución estructural” y una “evaluación profunda” en el partido.

Hay elementos para el análisis y lo primero que salta es el rol de Evo Morales como jefe de campaña. Una evaluación sobre su papel apunta a su influencia en la elección de candidatos y su tarea misma en la campaña.

Morales sigue siendo el líder del MAS, aunque el evismo ha cedido terreno debido a los últimos resultados. Lo apuntan como el responsable de la designación de candidatos.

Aunque Eva Copa dijo que Morales la llamó para decirle que no fue él quien decidió cerrarle el camino a su postulación por la Alcaldía de El Alto, el origen de la derrota de Franklin Flores en su intento de llegar a la Gobernación de La Paz es la candidatura de la exsenadora del MAS por la alianza Jallalla: esa misma fuerza electoral se reprodujo en la segunda vuelta para volcarse a favor de Santos Quispe, ahora a la espera de la confirmación de su victoria.

Algo así también ocurrió en Pando. Siendo alcalde de Porvenir por el MAS, Regis Richter tuvo que prestarse la sigla de Félix Patzi, Movimiento Tercer Sistema (MTS), al ser desplazado por la dirigencia nacional de la precandidatura a pesar del apoyo de los movimientos sociales. El MAS optó por Miguel Becerra y lamenta ahora la elección de Richter.

Similar situación se presentó con Alejandro Unzueta, precandidato del MAS elegido el 7 de marzo gobernador de Beni por el MTS.

Ni la presencia física y consecutiva de Morales en las cuatro regiones ayudó a consolidar la victoria de sus candidatos. Tuvo cuota en ese periplo Arce, quien, junto a algunos ministros, estuvo en intensa campaña por los suyos.

Las declaraciones sobre que las vacunas en Tarija no son para las “oligarquías” pudo ser determinante para la derrota del candidato del MAS en ese departamento, Álvaro Ruiz.

La gestión gubernamental de la pandemia es siempre riesgosa en tiempo de elecciones. La segunda ola del COVID-19 coincidió con las campañas y las dos votaciones.

Finalmente, la segunda vuelta también coincidió con la detención de la expresidenta transitoria Jeanine Áñez. Replicado por los medios, aunque demandado por amplios sectores de la población, el hecho estuvo en agenda permanente en la opinión pública.

Aunque aún fuerte en el país, el MAS masculla su derrota. Es el cierre de un ciclo, ¿implica también el de Morales? Creo que sí.

 Rubén Atahuichi es periodista.