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Moldiz, la discusión es sobre dignidad y economía

Buscando un espacio de discusión, intencionalmente intenté provocar a Fernando Molina, quien por WhatsApp me dijo que me respondería con un libro, que estoy buscando adquirir para leer; y espero que mi próximo libro, ya en editorial, intitulado Discriminación. Lo que Michell Foucault no dijo del “racismo”, contribuya y enriquezca este debate aún no dado y necesario en nuestros lares.

También provoqué a Carlos Moldiz, a quien no conozco, quizás por la diferencia de edades; aunque sí me atreví por su formación académica. Pensé que era politólogo además de militante: me equivoqué, es más militante, activista y autocalificado de “izquierda” (lo repite hasta el cansancio).

Hace mucho tiempo encontré a un ayudante que en solitario repetía “amo a mi mujer, amo a mi mujer”; después he visto a muchos golpear a otros bajo el grito de “por qué nos traicionas”; también es cada vez más frecuente escuchar “aleluya” o “soy liberal”, “soy de izquierda”, “soy honesto y manos limpias”, portar rosarios o biblias. Todas estas actitudes son autoafirmativas y denotan el divorcio propio de nuestra cultura: ser y deber ser. Repetirse no implica necesariamente serlo. Pareciera que leyeron Autosugestión y sugestión de Jagot.

Carlos, creo que debiéramos concordar en las siguientes puntualizaciones: a) Dices “…lo hacía desde una lógica… no… Occidental”, que a contrario sensu implica oriental: esto huele a tufillo andinocéntrico; b) Bobbio, al que citas con mucha reverencia, no es de “izquierda”; c) las verdades absolutas, como planteas, son antidialécticas en la visión o vereda “zurda”; d) lo ideológico es falsa conciencia desde la perspectiva de estructura económica, ya que la superestructura es funcional (falsa) a ella; claro, Gramsci no diría lo mismo y menos Agnes Heller. Bueno, pero Marx justificó la invasión yanqui a México, entre otros eurocentrismos positivistas y cristológicos propios de él, y… ¡¡¡gran “zurdo”

!!! El problema de “ideologizar” (falsa conciencia) es alimentar la visión del “pupu” (ombligo), como la llama mi entrañable amigo Condarco, visión perversa que transversaliza a los enfrentados y que siempre me los grafico como aquel que golpea al “otro” exclamando “por qué no piensas como yo, traidor”: cultura dicotómica eurocéntrica y colonial. Claro, el militante solo actúa: como las barras bravas. George Orwell señalaba a esto como pensamiento único.

Carlos, no hay que rehuir a la discusión con el pretexto de odiar o no (subjetividad pura despreciada por el idealismo positivista y el marxismo-preñado de aquello). Los análisis o deconstrucciones de lo abordado, desde la perspectiva clínica, posibilitan buenos tratamientos; además, la CPE manda a descolonizar, y para ello hay que saber qué y cómo.

La discusión en nuestra indo-hispano-áfrica-américa (o como la llamé hace 32 años, Abya Yala, que en lengua Cuna —etnia panameña— significa “tierra en plena madurez”) no es sobre racismo; si lees la CPE, es sobre dignidad y economía=discriminación. No es sobre blanquitud, que como te dice tu compañera, no hay; y no hay ni aquí ni en lugar alguno (repito, a rosaditos pueden llegar, pero con un ch’enko de genes, mezcladitos) porque es una construcción eurocéntrica y colonial.

Con mucho cariño Carlos, respetando tu militancia y activismo.

 Alejandro Colanzi Zeballos es criminólogo y fanático destroyano.